Impedimenta

Terapias psiquiátricas e intriga en el Londres de los 60

Impedimenta publica ‘Caso clínico’, la nuevo obra de Graeme Macrae Burnet, que indaga sobre la locura y el yo con la historia de una mujer que investiga el suicidio de su hermana

Graeme Macrae Burnet.

Graeme Macrae Burnet. / José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

Tiene el escocés Graeme Macrae Burnet un estilo de escritura hipnótico, donde el manejo del suspense impele al lector a devorar tramas ciertamente desconcertantes que no dan su verdadera cara hasta las páginas finales de la obra, siempre desde la base de un minucioso retrato psicológico de sus personajes principales. El propio autor reconoce que improvisa mucho en la construcción de sus tramas, lo que equivale a decir que ni él mismo tiene claro cómo van a acabar sus historias. Su talento para el noir ya quedó demostrado en las magníficas ‘Un plan sangriento’ y ‘La desaparición de Adéle Bedeau’, ofreciendo ahora una nueva vuelta de tuerca con ‘Caso Clínico’ (de nuevo en editorial Impedimenta), una novela situada en la Gran Bretaña de los años 60, en plena época de lo que se dio en conocer como la "psiquiatría radical", cuando figuras históricas como el psiquiatra escocés R.D. Laing introdujeron una nueva y disruptiva visión de las enfermedades mentales y el trastorno de personalidad.

Macrae Burnet, al que siempre le gusta jugar con la ambigüedad de lo real y lo ficticio en sus novelas, opta así por reconstruir en ‘Caso Clínico’ la carrera del imaginario psiquiatra Collins Braithwaite, supuesto contemporáneo de Laing y presentado en el libro como un autor maldito , autor de obras tan controvertidas como ‘Antiterapia’ o ‘Mata a tu yo’.

La portada de Caso Clínico, de Graeme Macrae Burnet.

La portada de Caso Clínico, de Graeme Macrae Burnet. / L. O.

La trama arranca cuando una joven, convencida de que el suicidio de su hermana Verónica (se tiró de un paso elevado de tren) estuvo motivado por las sesiones de terapia que mantenía con Braithwaite, decide adoptar una identidad falsa para esclarecer lo ocurrido. Será así una inventada Rebecca Smyth la que se siente en el diván del terapeuta, no sólo bajo ese nombre falso sino también adoptando hasta en sus más nimios detalles una personalidad distinta a la de la muchacha. Con aires de Hitchcock e incluso de las películas iniciales del genial Brian de Palma, el libro da así pie a una curiosa batalla intelectual entre Collins y la recién emergida Rebecca que aborda con enorme ingenio y un humor cáustico cuestiones como la realidad del yo, la identidad múltiple y, por supuesto, la locura ¿Está Collins cuerdo?, ¿indujo el suicidio de Verónica con el poder seductor que ejercía sobre su paciente?, ¿qué busca en realidad Rebecca? Preguntas que flotan a lo largo de una novela exigente con el lector, que introduce amplios conceptos del ámbito de la psiquiatría y de la contracultura, y que nos lleva de los ámbitos académicos de Oxford hasta un Londres lisérgico en los que Macrae Burnet incluso utiliza a personajes como el actor Dirk Bogarde y menciona a los Beatles.

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