El padre de Indiana Jones es Rider Haggart

En realidad, el padre intelectual de Indiana Jones no es Steven Spielberg. El famoso arqueólogo habría sido muy distinto si durante el último siglo no perviviera en la literatura universal la figura del primer gran aventurero moderno del continente africano: Allan Quatermain.

Este personaje, nacido de la imaginación del británico Henry Rider Haggart (1856-1925), es un veterano cazador de elefantes, algo descreído, que luce un viejo sombrero y que está a años luz de la imagen de héroe griego -si acaso, se aproxima al Odiseo más vapuleado por el destino-.

Rider Haggart es sin duda el padre intelectual de Indiana Jones y sigue dispuesto a dar la batalla en las librerías con su obra más famosa, ‘Las minas del rey Salomón’, el mayor reto al que jamás se enfrentó el experimentado Quatermain.

La nueva edición corre a cargo de Reino de Cordelia, con la traducción de Susana Carral, y como viene haciendo con grandes obras de la literatura, presenta una excelente edición ilustrada a cargo del dibujante José María Gallego, la primera mitad del dúo Gallego & Rey, que ya tienen en su haber en esta editorial obras como ‘La isla del tesoro’, ‘Luces de bohemia’ o ‘Cyrano de Bergerac’.

El mérito de ‘Las minas del rey Salomón’ reside en que abre al lector un mundo ignoto en un doble sentido, pues a la vez que nos presenta un reino fascinante e imaginario como Kukuanalandia, esta obra publicada originalmente en 1885 se considera la primera novela moderna de aventuras en África, así como la que inaugura el subgénero del ‘mundo perdido’ (la novela homónima de Conan Doyle es de 1912).

Pero, ojo, que no espere el lector las edulcoradas tramas de las diferentes adaptaciones de esta obra al cine. ‘Las minas del rey Salomón’ es un libro lleno de acción en su vertiente más cruda, con escenas de lucha que no ahorran detalle escabroso alguno, sin olvidar una trama de poder que parece recién salida del Globe de Shakespeare.

Y por supuesto, no hay un gramo de corrección política en este libro en el que se abaten elefantes y en el que los blancos son los reyes de la creación, con permiso de los incivilizados negros.

Casi siglo y medio después de su publicación, ‘Las minas del rey Salomón’ no han perdido un ápice de su atracción, sigue siendo un apasionante torbellino de acción y aventuras en un paisaje único, nacido de la imaginación del escritor.

El viaje africano se completa con las arrebatadoras ilustraciones de José María Gallego, que se ha empleado a fondo para presentar al lector toda la fuerza y el exotismo de Kukuanalandia y desvelarnos con imágenes lo que esconden las famosas minas del rey Salomón. Pasen y lean.

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