Editorial Alianza

Woody Allen: Breve y chispeante

Quince años después de ‘Pura anarquía’, el cineasta neoyorquino vuelve a publicar un ramillete de relatos cortos en los que despliega su exquisita inventiva

Woody Allen

Woody Allen / Eric Gaillard

Sí, Woody Allen vuelve a las librerías. Hace poco más de dos años, el cineasta nos hizo entrega de ‘A propósito de nada’, autobiografía en la que pasaba de puntillas por los principales episodios de su vida para ofrecer de manera más profusa su versión sobre el asunto judicial con su exmujer Mia Farrow –el verdadero objetivo del libro–, después de que la actriz lo acusara de haber abusado de una de sus hijas adoptivas. Ahora, Allen reaparece en las estanterías con un ramillete de dieciocho relatos originales reunidos bajo el título ‘Gravedad cero’, volumen que, al igual que el citado relato biográfico, edita Alianza Editorial en nuestro país.

Quince años han pasado desde la última vez que el director de ‘Annie Hall’ publicase un libro de historias breves, formato en el que despliega como nadie una deliciosa inventiva y un afiladísimo sarcasmo. Desde sus comienzos en el mundo del show business como escritor de chistes para prensa, confiesa que le pedían cincuenta cada día, Allen ha despuntado como un ocurrente y chispeante narrador. Como era de esperar, aquel ‘Pura anarquía’, texto de 2007 publicado por Tusquets, y este ‘Gravedad cero’ tienen muchísimo en común. El universo creativo del cineasta pivota –siempre lo ha hecho– sobre una serie de elementos invariables. El más reconocible de ellos es su profunda debilidad por Manhattan, ciudad convertida en una especie de infinita chistera de la que el mago del Upper East Side siempre logra extraer los más delirantes trucos. Junto a ello, la constante mofa sobre las tradiciones judías, el esnobismo de los habitantes de New York y las teorías del psicoanálisis sazonan cada relato con su particular estilo.

Pero más allá de las descripciones sobre la sofisticación de los restaurantes de la Gran Manzana, la bucólica belleza del estanque de los barcos de Central Park o la irresistible tarta de queso del Junior’s, las historias de Woody Allen siempre nos conducen hacia la meditación sobre asuntos de mayor trascendencia, como nuestra incesante búsqueda de una vida mejor, más plena; la sorpresa del amor a primera vista, las fantasías y deseos sexuales o la ridícula trascendencia que otorgamos a todo aquello que nos quita el sueño. La lista de grandes temas con los que el Allen decora sus píldoras humorísticas es, precisamente, lo que las convierte en únicas y deliciosas.

Portada de libro 'Gravedad cero', de Woody Allen, publicado por Alianza

Portada de libro 'Gravedad cero', de Woody Allen, publicado por Alianza

  • Gravedad cero
  • Woody Allen
  •  Editorial: Alianza
  • Traducción: Eduardo Hojman 
  • Precio; 17,50 €

Pero claro, aquellos que quieran tomarse en serio esta colección de relatos breves –la mitad ya publicados en ‘The New Yorker’ entre 2008 y 2012– podrán indicar que muchos de ellos no están bien rematados, que el nivel de las tramas deja mucho que desear o que la pluma del neoyorquino no pasa por sus mejores días. Y no les falta razón, aunque esa percepción pasa por alto el consabido nulo interés del autor por complacer a quienes caminan por la vida con el ceño fruncido, especialmente porque no hay nada más inútil que realizar un sesudo análisis sobre historietas que versan, por citar un par de ejemplos, sobre los impulsos asesinos que un pedante director de cine despierta en una vaca de la granja a la que es invitado a pasar el fin de semana o la sed de venganza de un par de inversores reencarnados en langostas de un kilo que, cosas de la vida, acaban siendo servidas en el plato de Bernard Madoff.

En el lado menos disparatado de este volumen encontramos el relato titulado ‘Crecer en Manhattan’, el más redondo de todos. Leyendo la triangular historia protagonizada por el joven Sachs, cuyos padres discutían tan intensamente que «les decía a sus amigos que el ‘Guernica’ de Picasso se había inspirado en esas peleas», su insípida esposa Gladys y la atractiva, adinerada y caprichosa Lulu, uno tiene la sensación de estar ante el guion de una de las películas de Allen. El propio realizador recomienda que, en caso de que queramos leer algo entretenido y con enjundia, echemos mano de obras como ‘Los hermanos Karamázov’ de Dostoyevski o ‘La metamorfosis’ de Kafka, y que solo acudamos a sus relatos si tenemos antojo de disfrutar de algo ligero. Confiesa que el objetivo de estas páginas no es otro que sacarnos por un instante del terrible mundo en el que vivimos. Y lo cierto es que ‘Gravedad cero’ lo consigue. No será una obra maestra, de acuerdo, pero este libro cumple con genialidad todo lo promete, que no es poco.

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