La deuda con Benedetto

Cuesta entender las razones por las que el escritor argentino Antonio Di Benedetto está fuera de ese olimpo literario que comparten escritores como Borges, Cortázar, Juan José Saer o Ricardo Piglia, teniendo méritos sobrados para ello, algo de fácil discernimiento al acceder a su gran obra.

En unos días se cumplirá el centenario de su nacimiento en la ciudad de Mendoza, acaecido un día 2 de noviembre de 1922. Buen momento y lugar para restañar la deuda que la literatura tiene con su magna obra. Su prosa, como critica Juan José Saer, ha sido ignorada durante décadas por sucesivos fabricantes de reputaciones, por eso la deuda inmensa de la literatura con di Benedetto no está saldada.

El legado de su obra nos muestra a un escritor que supo, como pocos, crear un estilo propio, fundado en el laconismo y la economía del lenguaje, que se hacía ligero y estilista en su pluma que descartaba la retórica fácil para concentrarse en lo esencial. Por ello puede decirse que su narrativa constituye uno de los momentos culminantes de la narrativa en castellano del siglo XX.

Quizá el juicio más acertado sea el le hace Vila Matas: «Fue un escritor radicalmente singular, único. Un genio del lenguaje». En ‘Zama’ construyó una obra maestra sobre el tema de la espera.

Di Benedetto publicó su primer libro, ‘Mundo animal’, en 1953, y su novela consagratoria, ‘Zama’, en 1956. En el mismo nivel de excelencia están ‘El silenciero’, de 1964, y ‘Los suicidas’, de 1969, sus tres obras maestras.

Periodista

A su labor de escritor de ficción se sumó el trabajo periodístico, llegando a ser subdirector del periódico argentino Los Andes. Por su oposición a la censura dictada por la dictadura militar, fue detenido en marzo de 1976, encarcelado y torturado. Di Benedetto sufrió cuatro simulacros de fusilamiento y numerosas torturas. Fue excarcelado más de un año después, en septiembre de 1977, anímicamente destrozado.

Se exilió entonces en Europa, primero en Francia, donde dio clases, y después en España. Vivió seis años en Madrid. Durante su destierro en nuestro país publicó ‘Escritos del exilio: Textos desde Madrid 1978-1983’, que reúne principalmente textos sobre literatura, cine, teatro y artes plásticas y ofrece una faceta sorprendente Benedetto al presentarse como un valioso testimonio de la vida cultural del Madrid de la transición. Ahora, coincidiendo con su centenario, la editorial hispano argentina Adriana Hidalgo acaba de publicar sus escritos del exilio y prepara sus obras completas.

Di Benedetto regresó a la Argentina en 1984, ya instaurada la democracia y falleció dos años después, a los 63 años a causa de un derrame cerebral.

La narrativa del escritor se complementa con una amplia colección de cuentos; ahí citamos ‘Cuentos claros’, ‘Declinación y ángel’, ‘El cariño de los tontos’ o ‘Absurdos’.

En la cumbre de su narrativa está ‘Zama’, la historia de las desventuras de don Diego de Zama; la historia de un funcionario español en Paraguay en el siglo XVIII, que espera su traslado a Buenos Aires. La historia tiene la belleza y la contundencia de un clásico, es una obra fuera del tiempo al narrar la desesperanza y angustia del personaje que avanza hacia la ansiedad de la espera y hacia su propia autodestrucción de una manera consciente.

La genialidad de esta novela no se agota en estas implicaciones, su cuidadoso uso del lenguaje es otra muestra de un talento descomunal. Cada frase merece ser leída y releída en honor a su belleza, a su deslumbramiento.

Hay un enorme poderío narrativo que convierte a la obra de Antonio di Benedetto en una pieza exquisita, hermanada con la que fluyó de Cortázar o Pligia. Las que siempre caminan al lado, como sugería Cortázar.

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