Firmamento

Virginia Woolf: Cuentos. Salto a la modernidad

En un buen trabajo editorial, Firmamento publica ‘Cuentos escogidos’ de Virginia Woolf, con los que la escritora subvirtió y modernizó la estructura y el lenguaje del relato corto

Virginia Woolf

Virginia Woolf / Javier García Recio

Virginia Woolf es la mujer escritora que, desde la libertad de su propia habitación, conquistó la de su propio estilo literario que aún sigue maravillando por su profundidad intelectual y la emoción que transmite.

Reconocida como una de las principales figuras de la literatura moderna, Woolf es muy apreciada tanto por su técnicas de ficción innovadoras y contribuciones perspicaces a la crítica literaria. En su ficción corta, ella exploró temas tales como la naturaleza elusiva de la narración y el estudio de personajes, la naturaleza de la verdad y realidad y el papel de la mujer en la sociedad. Al igual que sus novelas, estas obras estilísticas altamente individualizadas se destacan por sus exploraciones subjetivas, por su prosa poética. Escritos en forma elíptica e impresionista, se considera que estos cuentos tienen una gran influencian en el desarrollo de la ficción corta moderna.

La vigencia de Woolf siempre está ahí. Sus cuentos son modelo de aprendizaje que no pueden quedar a la sombra de sus grandes textos. Así lo han visto los responsables de Firmamento, una editorial que sin haber cumplido aun dos años de vida, se abre paso con firmeza gracias a su exquisito catálogo. En esta ocasión Firmamento publica los ‘Cuentos escogidos’ de Virginia Woolf, con selección y prólogo de Menchu Gutiérrez y traducción impecable de Amelia Pérez de Villar.

Esta selección reúne 23 relatos de Woolf que demuestran su afición por experimentar con formas y voces narrativas. Las piezas van desde cuentos con argumentos tradicionales hasta monólogos interiores más densos, y permiten al lector apreciar el desarrollo de Woolf como escritora de ficción que usó su narrativa corta como un «campo de pruebas» para sus novelas, y esto se hace evidente. (Clarissa Dalloway aparece en varias de las historias, ya sea haciendo compras o entreteniendo en casa). En los cuentos hay muchas voces de Woolf, que incluyen la feminista, la comentarista social, la narradora de ingenio mordaz, por lo que el conjunto que resulta es extremadamente satisfactorio.

Como satisfactoria es la forma en que puede capturar el estado de ánimo, el lugar y el espacio en unas pocas líneas, o cómo puede darle la vuelta a una pieza completamente con una oración final desconcertante, como ocurre en el relato ‘Una marca en la pared’.

Precisamente este relato de ‘Una marca en la pared’ lo escribió Woolf en 1917, mientras la Primera Guerra Mundial todavía estaba en su apogeo; es el primero de sus cuentos cortos «maduros» y más reconociblemente modernistas.

En ‘Una marca en la pared’ Woolf emplea un monólogo interior para narrar las reflexiones de una mujer que, especulando sobre un pequeño detalle en una pared, reflexiona sobre una variedad de temas. Tras cada viaje mental vuelve al inicio sólo para extraviarse de nuevo en otras ensoñaciones, ya que cada uno de los pensamientos se construye uno sobre el otro.

Woolf hace aquí uso el uso de una sensibilidad aguda para mostrar la riqueza sutil de la vida cotidiana y sus mil facetas.

En un día desconocido de enero, la narradora se sienta en la sala de su casa después del te, fuma un cigarrillo y lee. Reflexiona y se distrae de estos pensamientos al ver una marca negra en la pared. Además de especular sobre que puede ser esa marca, la mente de la mujer divaga hacia preguntas y meditaciones mucho más importantes, como la naturaleza de la vida, o dónde Shakespeare encontró su inspiración, e incluso cómo podría ser la otra vida; compara el polvo de la repisa de la chimenea con el polvo que enterró a Troya y se considera una pobre ama de llaves.

Cuentos escogidos, de Virginia Woolf

Cuentos escogidos, de Virginia Woolf

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 Editorial: Firmamento

Selección: Menchu Gutiérrez

Traducción: Amelia Pérez de Villar

Precio: 23 €

Otro de los cuentos destacados es ‘La casa embrujada’, un relato brillante que rompe la idea de que los hombres son más inteligentes que las mujeres. En menos de dos páginas de prosa, Woolf explora y subvierte las convenciones de la historia de fantasmas, ofreciendo una visión modernista del género... En resumen, la narradora describe la casa donde viven ella y su pareja, donde cada vez que se despiertan escuchan ruidos: una puerta cerrándose y el sonido de una ‘pareja fantasmal’ deambulando de una habitación a otra. No es mas que la misma pareja que camina a través de las sombras de su vida anterior en busca de algo (el amor).

Un cuento asombroso e increíble es el titulado ‘Lappin y Lapinova’, una relación de pareja basada en la fantasía de que ambos son conejos.

Lappin y Lapinova es una historia brillante que aborda profundamente los temas del amor, la clase social, el descontento, la conexión, el escape de la independencia y el control. Un narrador anónimo cuenta la historia en tercera persona que sigue al matrimonio de Ernest y Rosalind Thorburn durante los primeros años, una relación alimentada por su fantasía de verse como la reina Lapinova (una liebre) y el rey Lappin (un conejo), que crean un mundo imaginario. La historia tiene muchas posibilidades de interpretación debido a sus atributos de cuento de hadas y ambigüedades intrigantes. Rosalind se aferra a la fantasía para hacer frente a la numerosa y abrumadora familia de su marido y su insatisfacción marital

Por último, escogemos ‘Kew Gardens’, un relato ambientado en el jardín botánico de Londres y en el que Virginia Woolf parece que esté desgranando, pieza por pieza, lo que podría ser un cuadro impresionista, para volver a componerlo después. Es una historia donde los personajes configuran lo que sería el escenario y el jardín se convierte en el actor principal. Detalles minúsculos como la forma y color de los pétalos de las flores se funden con las conversaciones fragmentadas de quienes pasean por el parque.

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