Alba Editorial

La estación enjaulada

Décimotercera entrega de José Luis Correa y su detective Ricardo Blanco, que se adentra en el turbio mundo de las sectas

José Luis Correa

José Luis Correa / Francisco RecioFrancisco Recio

Francisco Recio

Con su estilo ágil, y una intriga in crescendo, capaz de alimentar de manera permanente la curiosidad del lector, llega el escritor canario José Luis Correa en un nuevo caso de su desgarbado detective Ricardo Blanco. Es ‘La estación enjaulada’, el caso número trece del dúo Correa/Blanco que, como todas las publicaciones anteriores, llega de la mano de Alba Editorial.

Admirable la fertilidad narrativa de José Luis Correa que sabe en cada entrega ofrecer los elementos novedosos que permiten al lector enfrentarse en cada relato a historias originales, uniendo tradición y modernidad y con un personaje literario muy atractivo, como es el detective Ricardo Blanco, con su estilo directo de actuar y su lenguaje plagado de ironías y sutilezas. También ‘La estación enjaulada’ supone otra vuelta de tuerca en la producción literaria de José Luis Correa. Aquí el autor grancanarino se adentra en la oscuridad de las sectas, un mundo tenebroso con personajes siniestros, intenciones aviesas y ausencia de escrúpulos que se apilan en una novela que estremece y abruma.

La paz y el equilibrio de un pueblo de pescadores se resquebrajan con la desaparición, primero, y el asesinato, después, de una joven irlandesa que pasa sus vacaciones en la isla. El hallazgo del cadáver en los bajíos atormenta a la dueña de un hostal que no se atrevió a hacer una llamada a la Guardia Civil. La vergüenza y la culpa la empujan a buscar ayuda en «un conocido de la época de la universidad: un tipo con una mirada franca, un andar desgarbado y un oficio estrambótico». De esta manera azarosa, como la vida misma, el detective Ricardo Blanco acaba en un pueblo dejado de la mano de Dios. Y, a cada paso que da en su investigación, la trama se va enredando más. Cada peldaño que conduce al fondo del crimen esconde un nuevo enigma.

En esta nueva entrega el lector se encontrará con un Ricardo Blanco cada vez más hondo y reflexivo, más cercano a Maigret que nunca. No obstante, la riqueza verbal y la socarronería siguen siendo las inconfundibles maneras con las que José Luis Correa dota a su personaje.

La obra, que mantiene todos los rasgos de la literatura de Correa, es además de una novela negra policíaca, una reflexión sobre la condición humana y un tratado íntimo sobre el miedo, la venganza y el odio.

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