Relatos

Jhumpa Lahiri y los cuentos del desarraigo

En ‘Cuentos romanos’ la escritora vuelve al relato corto, del que es maestra, para poner voz desde Roma a los que llegan de fuera buscando un futuro que se les niega

Jhumpa Lahiri.

Jhumpa Lahiri. / L. O.

Una doble y hermosa confluencia que, valga la redundancia, seducen por partida doble, vuelven a hacer refulgir aún mas la estrella literaria de la escritora Jhumpa Lahiri. De un lado ha adoptado el italiano como idioma de la creatividad, de los sueños, el que abre para ella la puerta de la expresividad mas hermosa; de otra, vuelve al cuento, al relato corto con el que ella se hizo grande con ‘El interprete del dolor’, que le valió el Premio Pulitzer y el O. Henry Award (una especie de Nobel del cuento) y con ‘Tierras desacostumbradas’. Con esa doble mezcla de belleza idiomática y narrativa Jhumpa Lahiri extrae su último trabajo: ‘Cuentos romanos’, que edita en España Lumen, todo un homenaje, y no solo en el título, al gran Alberto Moravia.

Jhumpa Lahiri y los cuentos del desarraigo

La portada de 'Cuentos romanos'. / L. O.

Así Roma es el escenario mudo -a veces inhóspito, a veces acogedor- donde los protagonistas de estas historias se desenvuelven. Son personajes y situaciones que Lahiri retrata de manera modélica. Lo ha hecho otras veces. El desarraigo es común a todos ellos, la diversidad les marca. Ese desarraigo asoma en cada capítulo: los protagonistas han perdido algo, su lugar en la sociedad, un ser querido, la seguridad de un amor, la salud, la cordura y quizás la inocencia; vienen de sitios lejanos buscando un hogar romano.

Ella dice que «todos somos extranjeros o forasteros, porque alguien siempre viene de fuera». ‘Cuentos romanos’ describe esas experiencias humanas. Las que predominan son la alienación y el desarraigo, presentes también en Roma. Los protagonistas de las historias son todos anónimos, identificados sin escapatoria en su función: son, por una u otra razón, expatriados. Dejaron su hogar por amor, por la guerra, en busca de un futuro mejor, o sin motivo alguno.

Por eso en esta colección de cuentos no hay una Roma monumental, espiritual y eterna, sino una ciudad terrestre, incluso racista, donde los inmigrantes son objeto de ataques aleatorios y despiadados, también de gestos aislados de solidaridad. Roma es donde se reflejan todos ellos un reflejo que mantiene unido el hilo de las historias.

La colección se divide en tres partes, la primera y la tercera contienen cuatro cuentos cada una, mientras que la segunda consta de un único relato, ‘La escalinata’, dividida en seis fragmentos. Sin duda es en ‘La escalinata’ y en el último cuento ‘Dante Alighieri’ donde la prosa clara y magistral de Lahiri cobra toda su fuerza y transmite con mas percepción esa imagen dual de una Roma «de mierda, pero «¡qué hermosa!»

El homenaje a Moravia lo es también al poeta por excelencia, a Dante Alighieri, con el que Lahiri pone título a su último relato.. En él, el poeta emerge riguroso y soberbio en la vida de una mujer americana, que se traslada a Roma y que conforme profundiza en el conocimiento del poeta se siente atraída por aquel Incipit vita nova, la búsqueda del instante glorioso de lucidez y de emoción, que golpea más allá de la conciencia. De joven había conocido a S. que le declaró su amor en una carta que firmaba como Dante Alhigueri. Pero cuando se juntaron no hubo nada. El no fue valiente ni atrevido y ella no supo despertar el deseo en el chico. Desde América ella se traslada a Roma y allí se sumergió en la historia, en los versos del poeta y se enamoró de ese mundo. Comprendió así que el joven S. sólo pretendía amarla de forma teórica. La adoración de aquel Dante era solo mental, nunca le habría besado. Como Dante con su amada Beatriz.

Ella recuerda todo esto muchos años después, sentada en el banco de la iglesia donde se celebra el funeral por la muerte de su suegra, al que asiste pese a estar separada de su esposo. Al final se pregunta cuánto tiempo hace falta vivir para aprender a sobrevivir.

El otro relato central ‘La escalinata’ consta de seis microrrelatos y es a la vez figura y alegoría de toda la colección, y de la propia Roma, como lugar de encuentro, de existencias y destinos. Los seis eventos tienen lugar en la escalera de Trastevere : los protagonistas de cada uno de ellos no se conocen y sus vidas nunca se cruzan, pero la escalera representa el punto de encuentro de todas sus vidas; desde una joven que tiene que ser operada hasta dos hermanos que se encuentran para el funeral de su padre homosexual, pasando por una anciana misántropa y tradicionalista, la madre que añora a su hijo o la viuda falta de consuelo. La escalera une la vida de quienes la recorren y crea un hilo invisible que los une, pese a sus profundas diferencias.

Jhumpa Lahiri

  • Cuentos romanos
  • Editorial: Lumen
  • Traducción: Carlos Gumpert
  • Precio: 18,95 €

Hay otros esclarecedores relatos, como ‘La frontera’, que abre la colección, donde emigrantes de segunda generación siguen percibiendo, pese a los años de asentamiento, esa línea fronteriza que les marca el resto y les identifica como extranjeros. Se retrata con lúcida y trágica claridad en ‘Casa luminosa’ donde un matrimonio se ve obligado a abandonar su casa expulsados por la hostilidad ciega de sus vecinos. Jhumpa Lahiri nos enfrenta a la rabia por la impunidad de ese gran grupo social frente a los recién llegados.

Uno tras otro los relatos de Jhumpa Lahiri tienen la virtud de atraer y asombrar al lector por su destreza narrativa, pero sobre todo por esa capacidad de contar vidas enteras en pocas frases, sin caer nunca en la superficialidad. Dando luz a ese desarraigo que otros quieren esconder por su fealdad. Una irreprochable ambición.

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