El Parnaso

Custodio Tejada: viaje interior

‘Brújula veleta’, de Custodio Tejada y publicado por Entorno Gráfico Ediciones, nos invita a un viaje que puede ser tanto interior como exterior; conocernos a nosotros mismos y el mundo que nos rodea

Custodio Tejada

Custodio Tejada / L. O.

José Antonio Santano

José Antonio Santano

Celebro siempre la llegada de un libro al hogar y si es de poesía más aún, aunque sé que este género, tan denostado por la mayoría del público lector, no ocupe el lugar que merece. Al menos, nos conformaremos con esa minoría de lectores que beben del espíritu y la emoción que un buen libro de poesía debe reportar a quien se acerca a ella con delectación. Los libros de poesía son el mejor alimento para el alma y adentrarse en las entrañas de cada uno de ellos, una oportunidad única para saber del mundo y sus miserias, para seguir viviendo. Uno de esos libros es, con toda certeza, ‘Brújula veleta’, de Custodio Tejada (Purullena, Granada, 1969), publicado por Entorno Gráfico Ediciones (2023). Este poemario nos invita a un viaje que puede ser tanto interior como exterior; conocernos a nosotros mismos y el mundo que nos rodea, sus intersticios, sus luces y sombras, una aventura a la luz creciente de la poesía. Con este libro, el séptimo de los entregados hasta hoy por su autor, conoceremos al poeta en su continuo afán viajero, deseoso de conocer lugares y saberse parte de ellos también. Los seis poemarios anteriores que avalan la trayectoria de Tejada son: ‘Rosas de luz y sombra ‘(2002), ‘Urna de cristal’ (2006), ‘El hábitat que pisamos’ (2008), ‘Cigüeña de nieve’ (2012), ‘Recuerdos y coordenadas’ (2014) y ‘Un horizonte de significados’ (2021).

‘Brújula veleta’ es un corpus de poemas estructurado o dividido en tres partes: ‘Los ojos del viaje’, ‘Geografía y destino. Libro de brújulas’ y ‘Metapoética del paso’, no sin antes de sumergirnos en cada una de ellas el poeta nos advierte de su condición de viajero con dos citas o epígrafes esclarecedores; el primero, de Henry Miller: «Escribir, como la vida misma, es un viaje de descubrimiento. El escritor emprende el camino para convertirse él mismo en el camino»; el segundo, de Jorge Luis Borges: «Cuando uno extraña un lugar lo que realmente extraña es la época que corresponde a ese lugar, no se extrañan los sitios, sino los tiempos». Sin lugar a duda alguna, estas dos citas son el epicentro por el que transitará el discurso poético de Custodio Tejada. Espacio y tiempo se dan cita en este sorprendente poemario de Tejada desde sus primeros poemas: ‘Realidad y fantasía’, ‘Odisea’ y ‘Una huella en la historia’; comienza el viaje: «La lágrima se transforma en metáfora / del viajero que, tras la marcha, mece / el sol en su equipaje / de ave de paso y rosa de los vientos», y continúa el trayecto, y como Ulises navega hacia su arcadia: «La odisea como paradigma / de todos los trances sucesos huidas, / a la misma vez agencia y oficina /de turismo, la palabra amuleto / en la que se resume / la esperanza del hombre / y el sentido último de la memoria». El segundo tramo del viaje, el más extenso, lo dedica Tejada a los lugares (Tenerife, museo del Prado, París, Toledo, Japón, Nueva York, Fontana de Trevi, Florencia, Barcelona o Praga, entre otras ciudades) y como preámbulo dos oportunas citas, una de Cavafis y otra de Pizarnik. El viaje a todos esos lugares no es sino una búsqueda interior, porque «Los ojos nunca viven / el mismo tiempo» y el poeta se abstrae en la existencia de una verdad, ¿su verdad?: «La verdad nunca es un lugar inhóspito, / ni siquiera un territorio fantasma, / se encuentra en todas partes / o en unas más que otras. // Solo las hienas del resentimiento / buscan el relato ciego del odio».

Contextualizar, abrir las ventanas y soñar con otros mundos, que al fin y al cabo es otra manera de entender la realidad, el espacio y el tiempo que nos ha tocado vivir, hasta alcanzar la verdadera razón del viajero, que no es sino conocerse a sí mismo, bucear por las entrañas de la nada y dejarse llevar, sin más: «la razón sine qua non del viajero / es descubrirse a sí mismo a través / de la mirada del otro. / Un viaje interior que va de lo etéreo / a lo tangible, / desde lo que se ve a lo que se intuye, / de lo que olvidas a lo que recuerdas». Tejada es ese poeta que ahonda sin dejar de mirar cuanto acontece a su alrededor, contemplando el mundo tal cual se anuncia en cada momento, buscando un lugar, patria u hogar para los desheredados: «Y en el paso estrecho de Gibraltar / los más desheredados del festín / saltan la valla del Mediterráneo / para alcanzar las costas / de la tierra prometida que miente». Brújula veleta es un poemario lúcido, que contiene muchas claves, un viaje necesario al centro, al núcleo de la identidad humana, de la solidaridad en su esencial manera de compartir y cooperar, de vivir en comunión constante con el «otro», y así escribe, en homenaje al pueblo gitano: «Están entre nosotros / porque son de esta tierra, / su sangre-lumbre así lo certifica, / su fiesta y nuestro afecto». Muchos serán los hallazgos para el lector en este libro, entre ellos la atención del poeta a los avatares de la modernidad, del consumismo exacerbado, «Haz clic y vuela 5 días a Seúl Corea / oferta 2x1 con acompañante gratis / en aviones de low-cost solicita / un slot para reservar espacio…», así como la creciente preocupación por el uso indiscriminado del plástico: «El tiempo es una medusa de plástico / que al tragarla me mata / sin saber si soy el último / y conmigo acabará mi especie». Concluye Tejada este interesante poemario con ‘Metapoética del paso’, y será en esta parte del libro donde el poeta, se enfrentará a la soledad vivida tras los días del Covid con un racimo de haikus: «Calles vacías / y ladridos de perro / en los balcones. // Coronavirus: / batucada de estrellas / en una morgue. // Crece el rencor / en proporción directa / al fanatismo. // Único reto: / de aquí en adelante / vivir sin miedo»; y si de salvarse de trata, el poeta elige para ello la escritura como refugio para seguir viviendo, la palabra como luz reveladora: «Todo viaje es un libro o un cuarto. / Todo libro es un viaje o una cama. // Cuando un poeta calla / en la estela del silencio que deja / empieza la esencia del poema». Custodio Tejada realiza un viaje interior que no deja duda de su buen oficio de poeta.

Brújula veleta

Autor: Custodio Tejada

Editorial: Entorno Gráfico 

Páginas: 96 páginas

Precio: 12,00 €

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