El Parnaso

Manuel Ruiz Amezcua: la humana raíz de la poesía

‘Sobre la herida’ sale a la luz pública en la colección Doble orilla, de poesía, y recoge la poesía amorosa de Ruiz Amezcua

Manuel Ruiz Amezcua.

Manuel Ruiz Amezcua. / L. O.

José Antonio Santano

José Antonio Santano

Dejó escrito el sabio Lucio Anneo Séneca, en sus ‘Cartas morales a Lucilio’: «Mientras el alma esté sana y vigorosa, el lenguaje es robusto, fuerte y viril; pero si ella enferma, todo el resto sigue a su caída (…) Piensa en lo que tienes que escribir y no en la manera de escribirlo; y aún más que escribir, procura sentir, a fin de aplicártelo especialmente a ti mismo y de imprimir tu sello en las cosas que sientas (…) El lenguaje es el porte del alma; si es liso, afectado, artificioso en exceso, pone de manifiesto que también el alma anda falta de sinceridad, que esconde algo fingido». Un lenguaje impostado, ciertamente, nos aleja de su verdadera función ética y estética. Funciones del lenguaje que cumple a pies juntillas y sobradamente uno de los poetas españoles más representativos de la poesía contemporánea española, Manuel Ruiz Amezcua (Jódar, Jaén, 1952). De impoluta trayectoria poética, recogida extensamente en el libro ‘Una verdad extraña (Poesía 1974-2021)’, su obra ha sido reconocida de igual manera por ilustres escritores como José Saramago, cuando escribe: «Una novela nunca da la sensación de poder levantar el mundo. La poesía sí. Como esta de Ruiz Amezcua»; a este parecer se suma el también premio Nobel, Camilo José Cela, que dice: «Sus versos son tan bellos como memorables», o, de críticos como Ricardo Senabre, que así se manifiesta: «Poesía muy pura, sin trucos, pero con magnífica técnica. Y con cosas que decir, lo que no es tampoco frecuente en estos tiempos de aridez y mimetismo», y de otros relevantes críticos españoles, como también profesores de Universidad, entre los cuales cabe destacar a Carlos Lechner (U. de Utrecht) o Christian de Paepe de la Universidad de Lovaina, que se ha encargado del epílogo del libro objeto de este comentario, ‘Sobre la herida. Poesía amorosa 1974-2024’, al cuidado de la editorial Cántico.

‘Sobre la herida’ sale a la luz pública en la colección Doble orilla, de poesía, y recoge, como ya se ha dicho, la poesía amorosa de Ruiz Amezcua. Un volumen que no dejará indiferente a quien se acerque a él. El tema amoroso en Ruiz Amezcua, como en casi todos los poetas españoles, es recurrente, pero su tratamiento es aquí integrador por ser su mirada abarcadora del Amor todo: filial, pasional y humano, porque como dice Paepe: «El resultado de esta experiencia amorosa, y su constante evolución a lo largo de 50 años, nos lo ofrece Ruiz Amezcua cuajado y expresado en palabra de alta calidad estilística. No sólo en el amor a la pareja, también en otras relaciones amorosas con el mundo: la naturaleza, la amistad, las ciudades, el Arte, la familia, y la mirada y la voz de las víctimas a través de la Historia». El Amor, al fin y al cabo, como único camino de transformación del mundo.

Voz propia

‘Sobre la herida’ es un libro que trasciende la cotidianidad, descubriéndonos otros lugares posibles, encarnados por la voz y la sutileza verbal del poeta que vuela alto hasta el firmamento de la palabra, ese espacio azul del que también nos hablara el Nobel Juan Ramón Jiménez. Ruiz Amezcua ha construido a lo largo de estos cincuenta años un edificio poético sólido, de una belleza inconmensurable y de una fuerte carga humanística. Prueba de ello es esta antología en la cual el poeta se ha «vaciado», literalmente, hasta conseguir una voz inconfundible, alejada de los círculos de poder mediático-literario y ajena a modas y corrientes poéticas, pues como dice su paisano Muñoz Molina: «Manuel Ruiz Amezcua pertenece a un linaje muy antiguo en la literatura: el de los negadores apasionados, los acusadores curiosos, los disconformes que encuentran en todas partes y en todas las cosas una razón para la disidencia», para que nada ni nadie pudiera distraerle de su objetivo final: alcanzar que la verdad, su verdad (‘Una verdad extraña’), sea luz entre tanta oscuridad. ‘Sobre la herida’ es el resultado de un compromiso, de una actitud, de una formación ética y estética coherente, pero sobre todo de una mirada honda y precisa, libre y solidaria, abierta a todas las cosas del mundo a través del sentimiento más pleno que puede hallarse en vida: el Amor, en todas sus formas y presencias. Así podemos comprobarlo en estos sencillos, pero a la vez intensos tercetos: «Y es que te quise tanto entre mi espera, / significaste tanto entre mi nada / que te querré por siempre, aunque no quiera. / A ti, volcán de esta pasión primera, / roca de lumbre o llama iluminada, / eterna vida mía, mi alta esfera». Como las tres heridas de Miguel Hernández, al amor se manifiesta en todos sus significados, conjugando cualquier elemento que suponga la exaltación del amor, como este poema que recuerda a su madre en su lecho de muerte: «Sola y fría / Fría y tiesa. // Como el hierro / de la reja. // Sola y fría. / Fría y tiesa. // Como el muro / de la puerta» // Sola y fría / Fría y tiesa. // Así estabas, / madre: muerta». Predomina, en esta antología amorosa, el soneto frente a otras estructuras métricas, y en él hallamos al poeta que renace en cada verso y se abisma en el tiempo de la más pura tradición poética española, para acrecentar, si cabe, su luz en el presente, el fuego inextinguible de su palabra: «Arañando a las puertas del amor; con la angustia que crece fuera, / cerca de la maldad que nos arrumba. / Con la sabiduría de la carne / delante de mi rabia y la del mundo. / Vaciándole a la muerte / su rostro de miseria, / su túnel de silencio. / Arañando a las puertas del amor / la voz que nunca vimos, su luz de nunca / su verdad de siempre».

Más que una antología

‘Sobre la herida’ es más que una antología, es un tratado del Amor, un itinerario inseparable de la vida, también de la muerte, porque son tres y no una la herida, y lo sabe bien Ruiz Amezcua que ha creado un mundo propio, en el que la palabra poética, sin lugar a duda alguna, ha sido el pilar sustentador de su amor, de su existencia, y que pudiera resumirse en estos versos: «Por lo mucho que te quiero. / Por lo que de ti espero. / Porque sé demasiado del mundo, / ayúdame a sobrevivir».

Sobre la herida. Poesía amorosa 1974-2024

Autor: Manuel Ruiz Amezcua

Editorial: Cántico

Páginas: 328

Precio: 23,95 €

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