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Novela oculta en un relato

En ‘Tu nombre mío’ Antonio Manuel ofrece al lector una novela que se «esconde» en un relato de cien páginas usando magistralmente la elipsis

Novela oculta en un relato

Novela oculta en un relato

Juan Gaitán

Juan Gaitán

La elipsis es una figura retórica mediante la cual, en una obra literaria, se produce la omisión de segmentos de la historia que se está narrando. Esos segmentos los va a poder ir rellenando el lector a través del contexto. El autor apela de este modo al compromiso del lector con la obra, pero también a sus conocimientos, su experiencia, incluso a su momento vital. Con esta técnica se han escrito obras de altísimo valor literario. La crítica señala a Hemingway como, si no el creador, sí el más avezado practicante de lo que se ha dado en llamar la «Teoría del iceberg» o «Teoría de la omisión». Esta técnica se basa, fundamentalmente, en un estilo minimalista centrado en los elementos de superficie, sin entrar explícitamente en los temas subyacentes que, al cabo, serán los fundamentales, porque el verdadero significado de una narración no debe ser evidente a partir del relato de superficie, sino que tiene que residir por debajo de la superficie y traslucirse. Así, los hechos flotan sobre el agua mientras que la estructura de soporte, incluyendo el simbolismo, opera fuera de la vista. ¿Y qué pasa con lo que se omite? Que, como ya hemos dicho, el lector tiene que llenar los vacíos dejados con sus sentimientos y experiencias.

A esta compleja técnica ha acudido el autor cordobés Antonio Manuel para construir su última novela, ‘Tu nombre mío’, editada por Berenice. En la narración, que tiene, técnicamente, más cualidades de relato, de short history al modo anglosajón (la tendencia de todos los elementos de la narración hacia un único objetivo, la ausencia de historias secundarias que entren y salgan de la principal y que acabarán resolviéndose o no) que de novela. Pero esas cualidades se encuentran en la narración exterior, mientras en la interior, la que en realidad cuenta, en esa inmensa elipsis que todo lo resuelve y lo explica, hay una novela. En realidad, ‘Tu nombre mío’ es una novela de mil páginas resuelta en un relato de cien.

‘Tú nombre mío’ es, también, una novela sin nombres. Hasta ahí llega la elipsis, hasta el hecho singular de que ninguno de los personajes que aparecen tenga nombre. No son necesarios, no hacen falta. La historia se va desarrollando sin necesidad de ponerlos. Con un ritmo trepidante que únicamente se demora en la descripción de lo rural, Antonio Manuel ha tomado la voz de una mujer para contarnos (mejor dicho, para que nosotros mismos nos contemos) una historia terrible, estremecedora, impactante. Sin embargo, el autor no puede ocultar el lirismo y la ternura que son su seña de identidad, y que se revela en el lenguaje (tomado del natural, de las mujeres), con la naturalidad y la soltura de quien lo ha oído (y lo ha interiorizado) toda su vida.

La obra se fundamenta esencialmente en dos personajes, madre e hija. Una, la hija, inicia un largo monólogo en el que habla a la madre. Es imposible no recordar ‘Cinco horas con Mario’ o ‘Diatriba de amor contra un hombre sentado’ (Miguel Delibes y Gabriel García Márquez), dos gloriosos monólogos de mujer. Palabras mayores.

Pero además de las dos mujeres, hay otros personajes, pocos, que nutren la novela. El más interesante literariamente hablando es el pastor, un joven inmigrante del que no sabemos mucho más, pero que es el único que sabe amar, que conoce los lenguajes del amor y de la vida, de las cosas esenciales. Y, después de él, la casa donde sucede la historia, convertida también en personaje, el único personaje que lo sabe todo.

Una novela para leer de una sola tacada y de la que salir impactado, emocionado, conmocionado. Como si hubiéramos chocado con un iceberg.

Tu nombre mío

Autor: Antonio Manuel

Editorial: Berenice

Páginas: 104 pp

Precio: 12,35 €

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