Emil Cioran: el nihilismo como forma de arte
Tusquets recupera ‘Breviario de los vencidos’ y ‘Ejercicios de admiración’, el primero fue el último de sus libros en rumano y el segundo es una brillante antología de textos sobre otros escritores

Emile Cioran / L. O.
«Me he aficionado más a los frutos de la muerte que a los de la vida», escribe Emil Cioran en ‘Breviario de los vencidos’, el último libro que escribió en lengua rumana y que ahora Tusquets incorpora a la Biblioteca Emil Cioran junto con ‘Ejercicios de admiración’. Ambos libros son bien conocidos por los muchos lectores españoles que disfrutan con el pesimismo del pensador rumano; el primero nos llegó en 1998 en traducción de Joaquín Garrigós, y el segundo en 1992 en versión de Rafael Panizo. Pero es una buena noticia que los dos se sumen a los otros diez títulos que la editorial catalana ha agrupado desde 2020. Sin duda, Tusquets confía con paradójico optimismo en la fidelidad del público hacia este escritor de minorías.
‘Breviario de los vencidos’ es la despedida de su lengua materna y el primero de los muchos volúmenes que escribirá en París, ciudad en la que se refugió en 1937, y a la que vio caer en la oscuridad tras la ocupación alemana, una sombra moral que le rodeará a él mismo y que impregna estas páginas escritas entre 1940 y 1944. Este breve y lírico conjunto de desesperanza y melancolía es otro pico magistral del pensamiento pesimista de Cioran, uno que aún no tiene forma de aforismo, pero sí comparte el espíritu con frases contundentes que se quedan grabadas en quien las lee.
Bien diferente es ‘Ejercicios de admiración’, una antología de textos dedicados a otros escritores, desde Paul Valéry a Mircea Eliade, pasando por Samuel Beckett -con algunos de los momentos más divertidos del libro-, María Zambrano, Francis Scott Fitzgerald o Jorge Luis Borges, entre otros. Esta antología recoge material diverso desde 1957 a 1988, y la ironía y agudeza de cada uno de estos retratos es idiosincrática del mejor Cioran: ¿quizá el mejor humorista rumano del siglo XX? Lo que sin duda pone de manifiesto es el gran lector que siempre fue el autor de ‘Desgarradura’ -conviene recordar que su nombre, Emil, es falso, y que una de las leyendas que él quiso lanzar sobre su origen era que se surgió de su admiración por la escritura de E. M. Forster-.
Sobre el contexto en el que Cioran escribió ‘Breviario de los vencidos’, ese París derrotado y derrotista de la ocupación alemana en el que llevaba ya unos años viviendo sin encontrar su sitio, con cada aventura vital cercenada por el infortunio -incluso intentó vivir en España y se topó con la Guerra Civil-, hay que indicar que de alguna manera justifica la desesperanza que transmite cada palabra e idea del libro. No parece una desilusión impostada la que exhibe Cioran. Pocos motivos debió tener para la esperanza en sus paseos nocturnos por una ciudad que era su propia sombra venida a menos, unos paseos arriesgados con los que combatía un insomnio implacable. Su nihilismo parece bastante justificado.
Muy rico en temas y anécdotas resulta ‘Ejercicios de admiración’. Así, la carta que le escribió a Fernando Savater en 1976, en la que diserta sobre la desgracia que para Borges resulta ser tan conocido, demasiado conocido, es uno de los momentos más divertidos del libro -por cierto, Savater fue el gran paladín de Cioran entre los lectores españoles, el que más se esforzó porque nos fuese conocido-.No menos revelador es lo que escribe sobre Saint-John Perse en 1960, que le da pie a una serie de exploraciones sobre el valor de la poesía. Y sin duda, las páginas dedicadas en 1976 a sus encuentros con Samuel Beckett, un espíritu tan afín y cómplice, son de lectura gozosa: «Hace unos años, habiéndonos encontrado por casualidad en la calle, me preguntó si trabajaba, y le respondí que había perdido el gusto por el trabajo, que no sentía la necesidad de manifestarme, de producir, que escribir era para mí un suplicio... Él pareció extrañarse, pero más me extrañé yo cuando, justatmente a propósito de escribir, me habló de alegría. ¿Utilizó exactamente esa palabra? Sí, estoy seguro. En ese instante recordé que durante nuestro primer encuentro, en la Closerie de Lilas, a principios de los años sesenta, me había confesado su gran cansancio, su sensación de que no podía sacarse ya nada de las palabras.
Leer a Emil Cioran es un ejercicio de introspección y divertimento extraño y necesario, un ritual de paso en la juventud y un necesario recordatorio del paso del tiempo en la vejez. Pero sobre todo, es una experiencia inusual en la que se mezclan la sonrisa y la duda sobre si lo que escribió este rumano extraviado en París fueron o no los chistes más elaborados que jamás hayan pasado por filosofía y poesía.

Breviario de los vencidos
Autor: Emil Cioran
Editorial: Tusquets
Traducción: Joaquín Garrigós
Páginas: 152
Precio: 18,00 €
- Este es el pueblo de Málaga que fue fundado por el propio Julio César: está considerado uno de los más bonitos de toda España
- Esta es la taberna más famosa de toda Cádiz: más de 70 años de historia y platos desde 5 euros
- Las redes arden con el debate de la peor provincia de Andalucía: 'Costa no tendremos, pero somos la provincia con más playas de interior...
- Investigan la posible relación del cadáver maniatado hallado en Mijas con una denuncia de secuestro
- Dos 'influencers' enloquecen con el plato tradicional de un pueblo andaluz: 'No sabíamos ni que existía
- El único 'pueblo libro' de toda España está en Andalucía y se encuentra a dos horas de Málaga: te puedes encontrar a 'El Principito El Quijote' o 'Mary Poppins
- La Guardia Civil ya multa: vigila miles de maleteros de coches para comprobar que lleves rueda de repuesto
- Un nuevo chiringuito desembarca en Málaga, en el paseo marítimo de La Misericordia