Ensayo

Entre rejas se escribe mejor

En ‘Condenados a escribir. Escritores entre rejas’, Daria Galateria nos cuenta los casos de Jean Genet, Voltaire, Solzhenitsyn y cuarenta escritores más a los que el paso por la cárcel les llevó a escribir sus mejores obras

Jean Genet, prototipo de escritor delincuente.

Jean Genet, prototipo de escritor delincuente.

A lo largo de la historia han sido muchos los escritores e intelectuales obligados a vivir un tiempo entre las rejas de una prisión. Algunos, como Jean Genet, tuvieron la cárcel una segunda casa. En general, este paso por las rejas les supuso un beneficio y les hizo madurar en su escritura pues las condiciones del encierro y la lentitud del paso del tiempo entre rejas les resultaron muy favorables para madurar y parir grandes obras de la literatura. Y es que la vida entre rejas se asemeja bastante, por sus condiciones de soledad, a la de un escritorio. Encadenados, disfrutan de la comodidad y la inspiración de contar historias , aprovechando el lento paso del tiempo, de la soledad, de la ausencia de compromisos. La creatividad y la concentración se benefician.

Lo cuenta con amenidad y erudción Daria Galateria en su libro ‘Condenados a escribir. Escritores entre rejas’. En él relata la suerte de cuarenta y tres escritores famosos, desde el siglo XVIII hasta hoy, que se encontraron, por una razón u otra , en prisión en algún momento de sus vidas.

Por el libro de Daria Galateria desfilan escritores de todo tipo y condición que tuvieron problemas con la ley, y por los motivos más variado. En algunos casos se trataba de delincuentes comunes, como Jean Genet, que robaba grandes almacenes y ejercía la prostitución; otros por motivaciones políticas, como Dostoievski; por escribir contra reyes o poderosos e incluso por asesinar a su mujer.

Así aparecen escritores como el Marqués de Sade o Giacomo Casanova; Paul Verlaine, acusado de intentar asesinar a Rimbaud; otras veces son las costumbres sexuales consideradas contra natura las que conducen a la ruina, como en el caso de Oscar Wilde. Galateria nos muestra también tipos extravagantes y originales como Prosper Mérimée, condenado por haber defendido a un estafador; a Robert Louis Stevenson, sospechoso de ser un vagabundo o un espía, por su forma de vestir y por sus escritos; Guillaume Apollinaire, encarcelado en la Santé por complicidad en el sensacional robo de la Mona Lisa, que contó con la colaboración de Picasso o François Truffault que con dieciséis años fue entregado a la justicia por su padre por robo y deudas y luego por desertar del servicio militar; Malcom Lowry, de cuyos disturbios psicodélicos mexicanos desciende la obra maestra Bajo el volcán; Hans Fallada que terminó su desviada carrera en un asilo criminal por haber disparado a su esposa, como también lo hizo William Burroughs, jugando a ser Guillermo Tell y matando así a su joven esposa, o Norman Mailer, que acabó apuñalando a su mujer Adele, tras una noche de exceso de alcohol y borrachera.

En algunos casos, se trata de auténticos canallas, como el asesino múltiple Pierre François Lacenaire, un caballero criminal que inspirará novelas y relatos que escribió él mismo; Louis Ferdinand Céline, un héroe de guerra en la primera contienda mundial y en la segunda un colaborador de la Gestapo a la que denunciaba a judíos franceses.

También aparecen aquellos escritores e intelectuales que fraguaron su éxito en la filosofía, como Voltaire que con veinte años fue encerrado en la Bastilla y condenado más tarde al exilio por acusar al regente de Francia de acostarse con su hija (lo que era cierto), o Diderot, encerrado en el torreón de la fortaleza de Vincennes a mediados de siglo porque sus escritos fueron acusados de intemperancia.

Hay muchos mas como Settembrini, Ezra Pound, Scott Fitzgerald, Solzhenitsy y y otros menos conocidos como Heinrich von Kleist, Jean Giono, Chester Himes o Giusepp Berto .

Entre los muchos escritores varones que visitaron a la fuerza una prisión, también hay algunas mujeres escritoras, como la italiana Goliarda Sapienza. Tras diez años intentando con poco éxito la publicación de sus libros, Goliarda, que antes había sido actriz, montó su particular drama. Robó unas joyas en casa de una amiga y fue a parar a la cárcel de Rebibbia donde escribió La Universidad de Rebbbia que pronto consiguió editor y lectores. O Louise Michel, heroína de la Comuna de París, apodada la pétroleuse, la incendiaria. Su dedicación a la revolución le llevó a prisión en muchas ocasiones y finalmente fue deportada a Nueva Caledonia. Sus Memorias o sus novelas, como La miseria, son de una calidad literaria poco común.

Algunos destacados

Destacamos algunos ejemplos. Voltaire, que entonces, 1717, aún se llamaba Francois Marie Arouet, pasó once meses en el pozo de la Bastilla por orden del regente, Felipe II de Orleans, por escribir atrevidos epigramas sobre el propio regente al que acusaba de acostarse con su propia hija. En la Bastilla, a falta de papel, que se lo negaron, escribió en los márgenes de los libros el largo poema La Henriada, en honor a Enrique IV de Francia .

Diderot. En 1726, con doce años fue investido abad. Luego marchó a París, allí conoció a Jean Jacques Rousseau. Mientras se embarcaba en la Encyclopédie, fue detenido por varios de sus escritos, la mayoría de carácter obsceno, especialmente Carta a los ciegos, que fueron considerados atentatorios a la moral y la religión. Fue encarcelado en 1749 en un siniestro torreón en Vicenes, cerca de París. Allí, para mejorar sus condiciones de arresto, no dudó en denunciar a sus editores. La prisión de Vicennes fue una de las penalidades por las que pasó la magna empresa de la Encyclopédie, pero Diderot logró sacarla adelante con 17 tomos de textos y 11 de láminas.

Dostoyevski fue arrestado y encarcelado el 23 de abril de 1849 por formar parte del grupo intelectual liberal Círculo Petrashevski bajo el cargo de conspirar contra el zar Nicolás I. Primero fue enviado a la fortaleza de San Pedro y San Pablo donde escribió el cuento largo El pequeño héroe sobre el despertar a la adolescencia. Fue condenado a muerte, pero tras un simulacro de fusilamiento,él y el resto fueron condenados a cinco años de trabajos forzados en Siberia. Narró su experiencia en Siberia en Memoria de la casa muerta. También Los hermanos Karamazov es fruto de una historia sobre un error judicial oída en Siberia.

Jean Genet. Es un clásico en este género. Su vida, hasta casi los cuarenta años, fue un pase continuo por reformatorios, orfanatos, campos de concentración o de deportación y todo tipo de cárceles. Dotado de una inteligencia brillante, su vida fue la de un lumpen, un asocial, que siempre estuvo por decisión propia al margen de la sociedad. Ni siquiera cuando conoció el éxito, tras publicar novelas grandiosas como Santa María de las Flores, quiso integrarse a la comunidad. Con 10 años perpetró su primer robo, con 15 ingresó por primera vez en prisión, pero no fue hasta 1940 que empezó a escribir. Sus primeras novelas y las más grandiosas las escribió en las cárceles de Fresnes, Tourelles y La Sante. Escribía en el papel con el que debía confeccionar saquitos para el pan; cuando se lo requisaban, comenzaba de nuevo. En 1949 había publicado sus mejores escritos: Santa María de las Flores, Diario de un ladrón o Las criadas, para el teatro. Se libróde la cadena perpetua gracias a que personalidades como Picasso y Jean Cocteau pidieron su indulto que consiguió. Fue en 1947 y hasta su muerte en 1986 no volvió a delinquir.

Condenados a escribir: escritores entre rejas

Autora: Daria Galateria

Editorial: Impedimenta

Traducción: Francisco Campillo

Páginas: 288

Precio: 21,80 €

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