Relatos

Poe, cuentos completos: el cuervo vuelve a volar

Edgar Allan Poe, un autor muy leído pero siempre sorprendente, vuelve ahora en una edición «comentada e íntegra» que incluye la novedad de que cada cuento es introducido por un conocido autor de relatos

Edgar Allan Poe.

Edgar Allan Poe. / L. O.

Juan Gaitán

Juan Gaitán

Mi primer acercamiento a la obra de Edgar Allan Poe queda muy lejos ya en el tiempo. Su nombre me era familiar, probablemente había visto en la televisión (aquella televisión de los años 70 del siglo XX) alguna adaptación de algún cuento suyo, quizás ‘El pozo y el péndulo’, ‘El barril de amontillado’ o ‘El Cuervo’ (hubo una de 1963 con Vincent Price, y posteriormente otra de Los Simpsons absolutamente magistral), pero mi primera lectura de algunos de sus cuentos debió ser en torno a los catorce años, cuando en casa de un amigo encontré un ejemplar de ‘Narraciones extraordinarias’, de la colección Biblioteca básica Salvat, con traducción de J. Farrán y Mayoral (desgraciadamente no era aquella mítica de Julio Cortázar), prólogo de Narciso (Chicho) Ibáñez Serrador, y que contenía una docena de cuentos, los más famosos del bostoniano. Lo pedí prestado y jamás lo devolví, sigue conmigo cuarenta y cinco años después (en mi descargo repetiré las palabras de mi recordado amigo Antonio Garrido Moraga: «quien presta un libro es un idiota y quien lo devuelve es un completo imbécil»).

Acaso sea un pecado de lesa literatura no haber vuelto con frecuencia a Poe desde aquellos lejanos tiempos. Claro está que acudí a él ocasionalmente para preparar alguna cosa concreta, consultar algún cuento para una referencia en un texto, para una clase… Pero en realidad se quedó ahí, como autor conocido, mitificado, pero rara vez revisitado, y tengo para mí que no soy el único a quien le ha pasado esto. Poe ha sido, para los de mi generación y las anteriores, un referente, un autor extraordinariamente acreditado, con un enorme prestigio, muy leído pero poco releído. Y tengo la sospecha de que para las generaciones posteriores ha conservado el prestigio pero ya empezó a ser menos leído. Por eso la editorial Páginas de Espuma acaba de publicar ‘Poe, cuentos completos’, con una nueva traducción (a cargo de Rafael Accorinti Gorillo) y tratando de poner en un contexto más actual a este autor imprescindible.

La novedad de la edición, a cargo de Fernando Iwasaki y Jorge Volpi, es que además de ser «íntegra», como se especifica ya en la portada, es «comentada». Se ha acudido al concurso de conocidos autores de relatos para que tracen una introducción a cada uno de los cuentos, sesenta y siete en total. El volumen suma, además, sendos prólogos de Mariana Enríquez y Patricia Esteban Erlés y un buen montón de maravillosas ilustraciones obra de Arturo Garrido.

Pero vayamos a lo sustancial. ¡Qué insólito escritor, qué inmenso talento el de Edgar Allan Poe! De esos lectores a los que me refería antes podríamos afirmar sin miedo al error que la inmensa mayoría solo conoce los relatos adscritos al género del terror y el suspense (no olvidemos que el género detectivesco tiene su fundación en ‘Los asesinatos de la Rue Morgue’, siendo Dupin un antecedente directo de Sherlock Holmes). Gracias a este volumen podemos conocer su obra más extensa, en la que entra la parodia, la sátira, la crítica a la sociedad en la que vivió. Difícilmente puede calificarse la obra de Poe como puramente fantástica y, aunque esa parte sea realmente la más conocida (incluso podríamos asegurar que la mejor), tenemos que admitir que es un escritor inmenso, capaz de conducirnos en el cuento a estados emocionales diversos pero siempre intensísimos. De él, recordemos, Baudelaire llegó a decir que «ningún escritor ha narrado con mayor magia artística las excepciones de la vida y de la naturaleza. Los ardores de curiosidad de la convalecencia; los finales de las estaciones cargadas de esplendores enervantes; las atmósferas cálidas, húmedas y brumosas, cuando el viento del Sur nos hace languidecer y nos pone los nervios en tensión, como las cuerdas de un instrumento; cuando los ojos se llenan de unas lágrimas que no brotan del corazón. Las alucinaciones que flotan en su obra son tan razonables y convincentes como una verdad absoluta. Es el absurdo que se apodera de la inteligencia y la dirige con una lógica desconcertante; la historia subsistiendo a la voluntad, la contradicción interpuesta entre el cordaje nervioso y el espíritu y el organismo desconcertado, hasta el punto de llegar al dolor a través de la risa. Analiza lo más fugitivo, pesa lo imponderable y describe de una manera minuciosa y científica, cuyos efectos son terribles, todos esos fantasmas imaginarios que flotan en torno a los hombres nerviosos y que les hunden en los abismos del crimen y del delirio».

Cortázar, un empedernido lector de Poe, solía decir que «en ese combate que se entabla entre un texto apasionante y su lector, la novela gana siempre por puntos, mientras que el cuento debe ganar por knock-out». Es bastante improbable que un cuento releído produzca ese KO del que habla Cortázar, y sin embargo, Poe lo logra. De ahí la grandeza de sus relatos, capaces de conseguir que los leamos como si fuese la primera vez. Los cuentos de Poe se releen con gusto por variadas razones. La más importante, la trascendente, esa que el lector percibe pero no racionaliza (ahí reside, siempre, la verdadera genialidad), es su prodigiosa técnica narrativa. Capaz de remolonear en los inicios de los cuentos (’Los asesinatos de la Rue Mogue’ es una prueba palpable de esto que digo), luego va imprimiendo un ritmo uniformemente acelerado que desemboca en un magnífico final.

Volver a Poe es un regalo. Y uno mayor aún es llegar a él por vez primera. La sorpresa de encontrarse con una delicia literaria que siempre está vigente.

Poe. Cuentos completos

Autor: Edgar Allan Poe

Editorial: Páginas de Espuma

Prólogo : Mariana Enríquez y Patricia Esteban Erlés

Edición: Fernando Iwasaki y Jorge Volpi

Ilustraciones: Arturo Garrido

Traducción: Rafael Accorinti

Páginas: 1.184

Precio: 48,38 €

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