Novela

George Eliot, la grandeza del talento literario

Reconocido en ambas orillas del océano por Virginia Woolf y Harold Bloom, el genio extraordinario de la escritora victoriana se abre de nuevo en las páginas de su monumental novela ‘Daniel Deronda’, que Alba Editorial incorpora a su catálogo

George Eliot

George Eliot

Santiago Ortiz Lerín

Santiago Ortiz Lerín

El sonido de la bola que lanza un crupier, mientras gira la ruleta de un casino, rara vez precede al entusiasmo de ganar una suma desesperada de dinero, salvo que el dueño de la sala de juegos se apiade de algún incauto jugador y le diga sigilosamente, mientras el crupier dice «hagan sus apuestas», que lo haga al número veintidós y que luego cambie las fichas y no vuelva más por allí, como sucede en la escena del Café de Rick, en ‘Casablanca’, donde este se compadece de un joven matrimonio búlgaro que huye durante la Segunda Guerra Mundial. En otra sala de juegos, esta vez un casino alemán con molduras doradas, a mediados del siglo XIX, una atractiva joven inglesa, de una familia venida a menos, pierde en el juego mientras es observada por un joven de aspecto aristocrático, cuya mirada le incomoda, «ya que no iba ganando clamorosamente, lo mejor que podía hacer era perder clamorosamente», dice la voz del narrador en ‘Daniel Deronda’. Dos personalidades distintas que confluyen en esta novela de carácter psicológico, la de una joven, Gwendolen Harleth, cuya madre y hermanas tendrán que ser amparadas, en cierta medida, por su tío, un reverendo de una zona rural de Inglaterra, y por otro lado, el joven Daniel Deronda, que es adoptado por un barón, y que su mayor aspiración es conocer su verdadera identidad. Así comienza la novela de George Eliot que este año, en el que se cumple el treinta aniversario de la colección de clásicos de Alba Editorial, se publica esta cuidada edición, una muestra particular de la literatura victoriana donde se cuestionan prejuicios sobre el judaísmo, cuando uno de los protagonistas ansía descubrir su propia identidad y se topa con la verdad de sus orígenes, que necesita conocer para superar una sensación de desarraigo, y que le serán revelados a lo largo de la trama.

El recordado crítico de la Universidad de Yale Harold Bloom decía en su libro ‘Genios’, sobre las cien mayores mentes creativas de la literatura, que «el genio hace valer su autoridad sobre mí cuando reconozco poderes mayores que los míos», o dicho en otras palabras, descubrir lo extraordinario. En este volumen el profesor norteamericano incluyó a George Eliot, el seudónimo de la escritora inglesa Mary Ann Evans (1819, Chilvers Coton, Warwickshire - 1880, Londres). Con la publicación de ‘Daniel Deronda’, Alba Editorial aumenta así la obra de esta gran escritora inglesa en su catálogo, donde se comprende el título, publicado anteriormente, de la magnífica novela ‘Middlemarch’, y que en su momento elogió uno de los tótem de la literatura anglosajona, la escritora y editora londinense Virginia Woolf. Además, conviene recordar otras obras de George Eliot como ‘El molino sobre el Floss’, ‘Silas Marner’, ‘El hermano Jacob’ o ‘El velo alzado’. Entre las influencias de Eliot, Harold Bloom destaca al poeta inglés Wordsworth, y también algunas semejanzas con Keats, respecto a su humanismo y a lo que llama la verdad de la imaginación. Su relación con el crítico literario George Henry Lewes, unido a sus cualidades desde la infancia, son elementos de su vida que maduraron favorablemente en su carrera como escritora.

Para contextualizar la obra de Eliot, ‘Daniel Deronda’, conviene recordar que en 1876 es cuando se publica la novela, justo durante el segundo mandato de Benjamin Disraeli, el primer ministro de ascendencia judía en el Reino Unido. Aún a pesar de ello, el periodo de la Inglaterra victoriana no estuvo exento de prejuicios hacia los judíos, pero algunos intelectuales, entre ellos George Eliot, comienzan a cuestionar esas ideas negativas, en el caso de Eliot a través de su literatura, como podemos comprobar en ‘Daniel Deronda’. La narración, de carácter psicológico, comparte el interés por sumergirse en el alma humana como hicieron, entonces, grandes escritores rusos del siglo XIX, a pesar de contextos culturales distintos. ‘Daniel Deronda’ se construye sobre dos potentes protagonistas, el mismo Daniel Deronda y Gwendolen Harleth, donde ella aspira a una buena vida a través de un matrimonio económicamente beneficioso por su atractivo sobre los hombres, y que ello le conceda un destacado estatus social por el decaimiento de la situación de su familia, mientras que él, huérfano y adoptado por un aristócrata, se siente desarraigado intentando conocer cuál es su verdadera identidad. Un tercer personaje es Mirah Lapidoth, la joven judía que Deronda rescata de ahogarse en el Támesis, y cuyo carácter contrasta con el de Gwendolen por su sencillez. Mirah, que huye de un padre abusivo, conectará con Deronda, siendo ella, además de la influencia de su hermano Mordecai, un puente para el protagonista de esta novela con la cultura judía.

En los tiempos actuales donde abundan las novelas cortas, una lectura voluminosa como ‘Daniel Deronda’ quizá haga saltar las banderas rojas en algunos lectores, por ello conviene prevenir que para los clásicos, una vez que se penetra en ellos, esas banderas desaparecen, porque si hay algo que rompe estos prejuicios es el ritmo narrativo que cautiva al lector, y la extraordinaria capacidad descriptiva y de penetración de los narradores omniscientes decimonónicos con la que embaucar para seguir leyendo hasta terminar la lectura. ‘Daniel Deronda’, además, como otras obras posteriores en el siglo XX, por ejemplo, el musical ‘Un violinista en el tejado’, inspirado en los cuentos de Sholem Aleijem, contribuye a tratar sobre la identidad judía, si bien, como se dijo, en contextos socioculturales distintos. La lectura de esta novela, sin duda, puede ser leída, no solo en la clave que supone un mayor acercamiento con la identidad hebrea, sino provocar una reflexión sobre todas las identidades que pudiesen haber sido ser objeto de prejuicios, o discriminación, es decir, como reflexión humana en la que confluye el mensaje literario de esta obra. En cualquier caso, el acercamiento a la lectura de George Eliot es hacerlo a una de las grandes escritoras inglesas del siglo XIX.

Daniel Deronda

Autora: George Eliot

Editorial: Alba

Traducción: Catalina Martínez Muñoz

Páginas: 960

Precio: 49,50 €

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