Libros del Asteroide

La mirada insumisa de Rachel Cusk

En ‘Desfile’, su último trabajo, Rachel Cusk no alcanza el éxito de otras novelas, pero da un valioso paso en su camino de abrir la literatura a nuevas experiencia narrativas

Rachel Cusk.

Rachel Cusk. / L.O.

En el camino de indagar en la experimentación narrativa que ha emprendido la escritora canadiense Rachel Cusk en sus últimos trabajos nos llega ‘Desfile’, una mixtura que no es en esencia sólo una novela o una colección de relatos cortos; más bien un reincidir en el estilo y modelo que inició con su aclamada trilogía ‘A contraluz’ y que continuó con ‘Segunda casa’ donde reflexionaba sobre la libertad en el arte, sobre si el arte es el único lugar donde la libertad es verdaderamente alcanzable, y si el arte es irremediablemente masculino. Con ‘Desfile’, que como sus anteriores trabajos publica en España Libros del Asteroide, Cusk despliega un mosaico trenzado entre la novela, el ensayo y la indagación filosófica que trata de ser una reinvención del modelo narrativo –con permiso de Cervantes- una fusión de géneros apoyado en un lenguaje complejo que por momentos tiene visos de genialidad y en otros cae en la incompresión. En todo caso en ‘Desfile’, Rachel Cusk vuelve a exhibir ese modelo claro y genuino de escritura reflexiva, profunda e introspectiva que utiliza siempre en sus relatos para indagar y cuestionar, sobre problemas que le agitan como la feminidad en un mundo de acerbo machista o la búsqueda de la libertad personal.

Cusk es una escritora con un talento superlativo , no hay duda, pero en ese camino de la experimentación narrativa debe aún encontrar un lenguaje más fluido y atractivo. El relato de ‘Desfile’ tiene elementos sugestivos y atrayentes, pero otros, como decíamos antes, de difícil comprensión por su excesiva densidad, su tono a veces arduo o sus reflexiones en abstracto.

A ello le añadimos el uso en algunas ocasiones de una prosa árida que por ello mismo aleja al lector en vez de atraerle . El relato se enturbia en algunos momentos con unas tramas que no terminan de cautivar y unos personajes que no terminan de importar.

En todo caso, Rachel Cusk ha demostrado en sus mas de treinta años de escritora su gran capacidad para ir buscando innovaciones formales siempre en el camino de narrativas y lenguajes cada vez más exigentes, y eso no es nada reprochable, mas bien al contrario son desafíos que merecen el reconocimiento.

Hay que decir que ‘Desfile’ es un texto de gran seriedad, audaz y complejo. Se compone de cuatro relatos, cada uno de los cuales examina las complejidades de la identidad artística y su relación con otros extremos vitales como la violencia contra las mujeres, la complejidad del matrimonio o los puros celos artísticos. Es también un libro que indaga e interroga y se aleja del conformismo. Es una exploración sobre la influencia de las relaciones familiares en la creatividad del artista.

Cada uno de los relatos cuenta la historia de un artista identificado solo por la inicial G, pero que está basado en una persona real. Al no identificar por sus nombres a los artistas, Cusk parece abrazar la idea de que la obra de arte es producto de la experiencia y la historia compartidas, como defienden algunas teorías. El primer relato, ‘El doble’, cuenta como un pintor de larga pero poco exitosa trayectoria, se inventa la idea de retratar a la gente y las escenas al revés y esto le cambia la suerte pues la crítica acoge con mayor entusiasmo que nunca los cuadros presentados boca abajo, y G. recibe una avalancha de premios y honores. Con este nuevo estilo describía a las mujeres mejor de lo que ellas son capaces de describirse a sí mismas.

En el segundo relato G. es ahora una pintora de éxito, pero hasta llegar a conseguirlo ha tenido antes un largo recorrido de días salvajes y bohemios en su juventud hasta llegar a su vida actual de pintora encumbrada , enriquecida por él exito. Aún así tiene una doble vida con un estudio en una hermosa casa de campo y otro en un barrio sucio y sórdido de la gran ciudad.

El tercer relato narra una larga conversación durante una cena en el patio de un restaurante semiescondido en una ciudad sin nombre de un grupo de académicos y profesionales del arte. Mientras hablan, en la calle discurre un desfile del orgullo gay. Los comensales hablan sobre una importante exposición de la G. de este capítulo, que fue cancelada después de que un hombre se arrojara desde lo alto del museo.

En el l último relato, G. es un director de cine reconocido pero que trabaja en secreto, adoptando una identidad falsa para que ni siquiera su madre, recientemente fallecida, supiera quién era en realidad.

En determinados momentos el texto cambia a una narración en primera persona para retomar varias historias, la principal, en las primeras páginas, narra cómo una mujer que vive en una ciudad extranjera es atacada en la calle por una mujer trastornada que la golpea con fuerza en la cabeza, un incidente que realmente le ocurrió a Cusk en París. El género de su atacante, a quien ella llama su «asesina», y la aleatoriedad de la violencia hacen que la agresión sea especialmente difícil para ella, pero no carente de significado.

Aun siendo un relato desafiante y talentoso, ‘Desfile’ no logra convencer y cautivar al lector, pese a su valía. Pero tiene una importancia necesaria ya que supone una nueva fase en el experimentalismo narrativo de Rachel Cusk, y esto, a la larga contraerá un mérito considerable.

Desfile

  • Rachel Cusk
  • Editorial: Libros del Asteroide
  • Traducción: Catalina Martínez Muñoz
  • Precio: 18,00€ 
  • 336pp
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