Novela
La Barcelona millennial de Paulina Flores
La crítica por el hastío de una vida de condiciones precarias con la que la autora chilena de ‘Isla Decepción’ interpela al lector a través de ‘La próxima vez que te vea, te mato’

Paulina Flores / l.o.
Esta historia podría haber comenzado en la Nueva York de Tom Ripley, el personaje cínico de Patricia Highsmith, la lucha en un entorno de una gran ciudad que para algunos promete más de lo que da, o en la de Joe Buck y Ratso Rizzo, los protagonistas de la precariedad en ‘Cowboy de medianoche’, la novela de James Leo Herlihy, el reverso del sueño americano, es decir, en una de las tantas babilonias contemporáneas llenas de seres desamparados, como dice Ernesto Sábato en ‘Sobre héroes y tumbas’. Sin embargo, la última novela de Paulina Flores (Santiago de Chile, 1988), en Anagrama, no transcurre en el distrito neoyorquino de Manhattan, sino en Barcelona, la ciudad donde se desarrolla su nueva novela ‘La próxima vez que te vea, te mato’. La historia comienza con Javiera, una inmigrante chilena en situación ilegal, bajando al metro en la Plaza de Cataluña para acudir a una cita insólita, la de visitar a una amiga que ha decidido terminar con su vida.
Ha habido distintas Barcelonas en la literatura, desde Carmen Laforet, Mercè Rodoreda, Eduardo Mendoza o Carlos Ruiz Zafón, pero la Barcelona de Paulina Flores no es una ciudad idealizada, ni nostálgica, ni tampoco la de la alta burguesía de los edificios modernistas o las mansiones de la avenida del Tibidabo, sino una evolución de la Barcelona de Juan Marsé, es decir, de la visión que nos ofrece el personaje charnego del Pijoaparte en ‘Últimas tardes con Teresa’, al inmigrante latino que Flores nos muestra en esta última novela. El cristal con el que se mira la Barcelona de Paulina Flores es distinto al de la ciudad de los años setenta cuando la revista Fotogramas enviaba a Enrique Vila-Matas a la discoteca Bocaccio para estar al tanto de los intelectuales de la gauche divine, como se decía entonces. Ahora el ángulo es el de una ciudad sacudida por el capitalismo global donde conviven la belleza y la precariedad, una visión millennial en la que desaparece esa perspectiva de Barcelona como la Roma de Federico Fellini en la ‘Dolce vita’ por una ciudad más terrenal. La novela de Paulina Flores nos trae un potente mensaje en el subtexto, cuyos ecos se pueden divisar en la transformación acelerada de otras ciudades de la saturada costa española, desde Barcelona hasta Málaga, es decir, de ciudades de vecinos a focos de un turismo intenso con depredadores inmobiliarios y el efecto de precariedad en la población, tal y como le ocurre al personaje de Javiera en la novela de Paulina Flores, que vive en la cara oculta de la Luna, es decir, el barrio barcelonés del Raval, el antiguo Barrio Chino, como recuerda la autora, el de la narradora protagonista de esta historia de sueños rotos, con un imponente bofetón de realidad en clave tragicómica.
Experiencia sentimental
La experiencia sentimental es también otra de las vetas de esta historia, Javiera dice que aspira a sentir llamas en el corazón, «no en las calles de un país pobre». Ella sueña con una Europa idealizada que, digamos, en el plano amoroso comienza a buscar en la aplicación de citas Tinder cuando llega a Barcelona, mientras vive en un piso compartido en una zona «decrépita y efervescente», como Flores describe la Rambla del Raval, y donde uno de sus compañeros «gastaba sus ahorros para la vejez en lo último que le quedaba de juventud en Barcelona», una potente paradoja existencial.
Paulina Flores, que realizó un máster de Escritura Creativa en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, recibió el Premio Roberto Bolaño por su libro de cuentos ‘¡Qué vergüenza!’, un extraordinario debut en el panorama narrativo, y en 2021, que publicó su novela ‘Isla Decepción’, ambas obras fueron publicadas en nuestro país por Seix Barral, la autora fue seleccionada por la revista Granta como uno de los jóvenes escritores menores de 35 años destacados en español, un reconocimiento extraordinario a su talento literario.
Desde hace cuatro años la escritora chilena vive en Barcelona, una experiencia que sin duda le ha sido útil para la construcción y el desarrollo de su última novela, donde la protagonista, Javiera, comparte con la autora que ambas, además de ser escritoras, fueron a la ciudad de Barcelona para estudiar literatura. Esta novela nos enfrenta a un conflicto interior de reaprendizaje de la realidad, es decir, un cambio de paradigmas, como la autora sugiere en una conversación entre los personajes hablando de algo tan trivial como las diferencias entre las marcas de cerveza de Europa y Latinoamérica.
Relaciones sentimentales
Las relaciones sentimentales abiertas que nos cuenta Javiera caracterizan la novela, lo precario no es solo el acceso a la vivienda o la situación laboral, sino también en las relaciones amorosas. En esta novela Paulina Flores plantea un escenario en el que la protagonista sueña con una vida mejor, una visión romántica de Barcelona, la meca editorial para una escritora que emigra desde el Cono Sur, pero se encuentra con el adagio popular de que la realidad manda, tres palabras que resuenan como un gong. La diversidad que Flores nos muestra en la novela puede apreciarse como cosmopolita o como fragmentación, todo depende de si se vive en el Raval de Javiera o por encima de la avenida Diagonal. Esta novela de Paulina Flores nos cuenta una historia de alienación desde una perspectiva outsider, los márgenes de Barcelona, donde la protagonista nos muestra la épica de emigrar desde la otra punta del mundo, digamos, salir de su zona confort, para abordar la cultura de otro continente que no es tal y como imaginaba.
Desde una perspectiva diferente la ciudad de los prodigios vuelve a ser un escenario de novela, a la que Paulina Flores da una vuelta de tuerca para ofrecernos otra perspectiva.

La próxima vez que te vea te mato
Autora: Paulina Flores
Editorial: Anagrama
Páginas: 200
Precio: 17,90 €
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