Comic

Poner «en pausa» el verano en que quisimos ser adultos

Javi Rey sacude la nostalgia millenial en un comic que combina añoranzas y expectativas de un joven cuya vida está por empezar

Le llamábamos Bebeto

Le llamábamos Bebeto / l.o.

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

Los adultos que fueron niños en los veranos de la España de los noventa saben que esos meses de libertad suenan a Héroes del Silencio, a Camela o a Jarabe de Palo dando vueltas en un casette o un walkman; que el calor de aquellos días tiene el sabor de los grumos del Colacao, del azucaradísimo chicle Boomer pegándose y despegándose de las muelas o del Bollycao del kiosko. Saben también que esa época huele a las colillas que yacían aplastadas contra ceniceros enormes y pesados, que la televisión y las revistas del corazón eran lo más parecido a una red social y que la vida se decoraba con tapetes de crochet.

Homenaje

Ese es el universo que Javi Rey evoca y, de alguna manera, homenajea en ‘Le llamábamos Bebeto’, un cómic que encapsula el universo de los niños millenial que entonces soñaban con crecer para vivir su futuro prometido. Y lo hace inspirándose en la comarca del Baix Llobregat, en Sant Pere, un pueblo inventado por el autor, caracterizado por su actividad industrial y su estrecha relación con el mar.  

Es aquí donde su protagonista, Carlos, vive con ansia el salto de la niñez a la adolescencia en los veranos de 1995 y 1996, en los que experimenta la añoranza, el duelo, la incipiente curiosidad sexual y unas inaguantables ganas de saber qué le depara la vida más allá de las pistas de fútbol en las que mata las horas veraniegas junto al resto de chavales cuyas familias, como la suya, no tienen dinero para irse de vacaciones.

Seguidora de Miguel Induráin

Carlos comparte también parte de esas tardes con su abuela Ilu, una fiel seguidora de Miguel Induráin y sus consecutivas gestas en el Tour de Francia por razones que trascienden a lo deportivo. Una anciana achacada que también carga con su propia nostalgia, desde los espesos pinares que en sus años de lozanía poblaban la ciudad, ya desaparecidos, hasta los años de franquismo o los ausentes por los que prende velas.

En las tardes que pasa fuera de casa, Carlos conocerá a Bebeto, un joven más mayor que el resto de chicos, misterioso y apocado a primera vista que le dará al protagonista las primeras pistas de «lo inamovible que parece el presente hasta que todo cambia», como defiende Rey.

El autor de la adaptación a novela gráfica de ‘Intemperie’, de Jesús Carrasco, ofrece en esta enternecedora obra, editada por Norma Editorial y disponible en castellano y catalán, un viaje al pasado estival de esos adultos que hoy pedirían poner aquellos días «en pausa», al menos por un tiempo.

Le llamábamos Bebeto

Autor: Javi Rey 

Editorial: Norma

Páginas: 144

Precio: 29,50 €

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