Biografía

Retrato y explicación de Julio Iglesias y de nosotros mismos

Ignacio Peyró aborda la biografía del cantante español más universal en un texto que es también la amenísima historia de unas décadas en las que España se transformó

No importa si el personaje es del agrado del lector o no: el texto es un disfrute plagado de frases redondas

Julio Iglesias

Julio Iglesias / l.o.

Jose María de Loma

Jose María de Loma

Para muchos lectores empedernidos, incluso sin empedernir, un libro sobre Julio Iglesias podría parecerles tan seductor como un ensayo sobre el ajoporro en el Uruguay medieval. Pero este no es un libro sobre Julio Iglesias. Es un libro de Peyró. Con todo lo que eso conlleva. Es decir, es un libro inteligente, nutritivo, irónico y entretenido. No importa si adoras a Julio, si lo detestas o si le has administrado a lo largo de tu vida, y de la suya, la mayor de las indiferencias. Si es que las indiferencias tienen tamaño. 

Lo que quiere Peyró (Madrid 1980) es contar el mundo, contar una época, contarnos a nosotros mismos, trazar la transformación de España y su sociedad en unas décadas. A través de alguien que canta . Bueno, o que no canta . Planea esa frase tal vez apócrifa que dicen que un crítico del New York Times escribió sobre Lola Flores: «No canta, no baila. No se la pierdan». Julio no baila, canta bien según quien juzgue y no se lo ha perdido nadie, de Japón a Italia, de Argentina a Estados Unidos. No es solo una biografía de Julio Iglesias; es un divertimento juguetón, un ejercicio portentoso de estilo.

Indagación en un éxito

El autor confesaba hace poco a este cronista como echa de menos en la prensa, incluso en la literatura, el género de los perfiles, del retrato. Para solventar esa carencia ha venido él con un libro que no es una mera biografía, ya está dicho, y sí la indagación en un éxito, el intento de entender un carisma. Y todo a base de grandes párrafos. El libro está lleno de frases redondas. También de información. Ignacio Peyró descubre datos, y los da a conocer, resalta otros soslayados y nos refresca, pormenorizados, otros sucedidos. Ha investigado. A base de bien. Un ejemplo: Julio aprobó la última asignatura de Derecho que le quedaba con sesenta años en la Universidad de Murcia. El escritor toma cierta distancia del personaje. El lector asiste a la vida de Julio de forma lineal. Desde su época de chaval, de estudiante, de futbolista, de vivencias en Londres, de cantante eurovisivo hasta su final, pasando claro, por la Preysler, la conquista de Miami y el ahondamiento en su carácter. En su forma de ser y sentir.

Miami. Muy interesante. Todo un pionero Julio Iglesias. Eligió no el París bohemio o el cómodo Madrid o el Londres de la cultura y la contracultura. No. Miami. Una pica bien puesta. Fue la decisión decisiva, valga la redundancia cacofónica, para convertirse en un artista no internacional, global. 

Muy interesante resulta como Peyró analiza la figura del padre del cantante, el doctor Iglesias Puga, que de no ser capaz, ni querer, cambiarle un pañal, pasó a estar a la altura cuando la circunstancia lo requirió, pasó a dar casi la vida por él, a desvivirse, a guiarlo, a acompañarlo en todo momento durante meses en peregrinación hospitalaria cuando le fue descubierto al joven Iglesias un tumor en la espalda. Era un futbolero mediocre y no fue un accidente de coche (relato épico fabricado a posteriori) lo que lo apartó del Bernabéu. Fue algo más grave que lo dejó postrado durante mucho tiempo. En cama, luego en silla de ruedas y con muletas luego. Otros aprovecharían ese tiempo, esa convalecencia para leer a Dostovieski. Él por contra se forjó un carácter, explotó su debilidad para atraer chicas y aprendió a tocar la guitarra. Su padre tenía en su agenda a los mejores médicos de España. Lo curaron. Y rehizo su vida. 

Otro momento decisivo fue cuando logró intimar, esas pandillitas de gente bien del Barrio de Salamanca, con Alfredo Fraile, su primer gran mánager. Conocido del colegio. Accedió a él años después y éste lo incluyó en su portafolio artístico. Luego lo acompañó a Miami y fue su gran confesor durante años hasta que llegó la ruptura.

«Julio Iglesias no siempre ha triunfado en lo que ha hecho pero sí en lo que ha sabido dejar de hacer», afirma Peyró en la página 81. Y a eso le ayudó mucho Fraile, «hombre para todo y eminencia gris».

Celebridad española

En el libro no se soslaya el cierto posicionamiento ideológico de Julio Iglesias, o sus negocios (Galicia, Valencia) al calor del poder; tampoco, su conversión en meme o la desaprobación que ha tenido por parte de élites y supuestas élites culturales. Es la celebridad española por antonomasia. Tanto como Dalí o Picasso, afirma Peyró.

Con este libro, el director del Instituto Cervantes de Roma (antes lo fue en Londres), articulista de El País, da un giro a su carrera, que eclosionó con ‘Pompa y circunstancia; diccionario sentimental de la cultura inglesa’ (Fórcola), que continuó con unos sabrosos diarios (Ya sentarás cabeza) y que ha tenido, entre otros, hitos como ‘Comimos y bebimos’ (Libros del Asteroide), que es la obra de un bon vivant ilustrado a la altura de Joan Perucho o Néstor Luján. Recientemente han sido traducidos al italiano algunos textos anglófilos suyos. «Ignacio Peyró sería capaz de reescribir el listín telefónico y convertirlo en una lectura amena», dijo hace unos días Iñigo Domínguez en el citado diario. Así es. Uno añadiría: y después de leer sus libros ya ‘La vida (no) sigue igual’.

El español que enamoró al mundo. Una vida de Julio Iglesias

Autor: Ignacio Peyró

Editorial: Libros del Asteroide 

Precio: 19,00 €

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