Ensayo

El papa Francisco, un loco anticlerical

Javier Cercas se aproxima desde su ateísmo a la figura del papa Francisco en ‘El loco de Dios en el fin del mundo’ para buscar respuesta a la inmortalidad. Encuentra a un loco de Dios, bien centrado y humano

El papa Francisco con Javier Cercas.

El papa Francisco con Javier Cercas.

Javier Cercas, uno de nuestros más brillantes escritores, ha firmado ya varias novelas donde entremezcla con sabiduría y elegancia híbrida varios géneros como la ficción, el ensayo o la biografía; es el caso de ‘Soldados de Salamina’, ‘El impostor’ o ‘Anatomía de un instante’. Ahora, como en el circo, hace el ‘más difícil todavía’ y publica ‘El loco de Dios en el fin del mundo’, que además de ser una novela híbrida, reúne la condición de insólita en su trama narrativa y de extraordinaria en su concepción literaria. Se trata de una intromisión en el Vaticano para retratar sin ningún tipo de cortapisas, la situación de la Iglesia Católica en el mundo y , especialmente, del papa Francisco. El escritor acepta este reto en un momento decisivo del catolicismo en el mundo, donde cada vez pinta menos, a causa de su lenguaje viejo y oxidado y difícilmente comprensible, a la par que la secularización avanza y gana terreno en todas partes.

Era la primera vez que el Vaticano le abre las puertas a un escritor para que escribiera sobre el papa, el Vaticano y lo que quisiera sabiendo que no era creyente y sí un ateo redomado, y por eso lo escogieron pues no querían que lo escribiera uno de los suyos. Para escribir el libro dispondría de libertad total. Además, el escritor viajará con el papa a Mongolia, un país budista con más de tres millones de habitantes y apenas mil quinientos católicos.

Su única condición para escribir el libro era que el papa lo recibiera a solas al menos cinco minuto solo para preguntarle qué significa la resurrección de los muertos y la vida eterna. Si significa lo que para su madre, una ferviente católica, es decir que cuando muera se encontrara otra vez con su marido y ya no volverá a separarse de él. Para eso quiere escribir el libro, para preguntarle eso al papa y con la respuesta llevársela luego a su madre. Preguntarle al papa por la inmortalidad. Cercas consiguió hablar con el papa sobre este asunto y obtuvo la adecuada respuesta de Francisco, pero será necesario llegar hasta la última página para conocer cuál fue la respuesta del papa.

Cerca bautiza a Francisco como el papa de la periferia, un concepto fundamental en este papa que observa que la Iglesia debe estar en las periferias, no solo geográficas, sino también las existenciales, la de las injusticias, la de la miseria, donde están las personas necesitadas. La realidad no hay que verla desde el centro sino desde las afueras. Tiene un discurso y un plan de comportamiento distinto y novedoso en el Vaticano. El papa pone el énfasis en volver a poner a Cristo en el centro, en la defensa de los pobres, de las periferias, y todo ello con un estilo austero y un comportamiento cercano y directo.

El papa, que en realidad se llama Jorge Mario Bergoglio, eligió llamarse Francisco, por Francisco de Asís, el joven de buena familia que renunció a todos sus privilegios por consagrarse a Dios conviviendo con los pobres y enfermos, el loco de Dios, como eligió llamarse a sí mismo. Bergoglio eligió el nombre de Francisco, el loco de Dios. El papa es el loco de Dios.

En su aproximación previa a la figura ideológica de Francisco, el autor señala que como argentino, el peronismo forjó la conciencia política y la visión del mundo del papa. Pero también otras dos cuestiones, la primera la Teología de la Liberación que sacudió a Latinoamérica en los años setenta; la segunda el concilio Vaticano II y el giro social que imprimió a la Iglesia, impulsándola a recuperar la pureza de sus orígenes, fomentando el espíritu de servicio y humildad en los curas. El papa no es un tipo dogmático del catolicismo. Él no cree que quien no cree en Dios es un hereje o que esté equivocado y por eso cree que quien no cree en Dios también puede salvarse.

Previo al viaje, ya en Roma, el escritor puede hablar en profundidad con os que llama ‘los soldados de Bergoglio’, como el jesuita Antonio Sparado, el intelectual más próximo a Francisco y con el cardenal José Tolentino, responsable de la cultura y educación en el Vaticano y con teólogos, periodistas y vaticanistas que dirigen las riendas del Vaticano y conocen bien al papa. Cada uno de ellos le amplía la imagen de Francisco y le abren nuevas perspectivas sobre su mandato papal.

Esto le permite definir al papa como anticlerical, es decir entendido como la idea de que el clérigo es superior a sus feligreses. De manera que el cura que se siente superior a sus feligreses puede usar ese poder de manera perversa, abusando sexualmente de ellos. Tolentino le hace ver que Francisco es y se considera un papa más, no es un papa de ruptura, que lo importante es la Iglesia, no él.

En Mongolia quedó sobrecogido por los misioneros católicos que allí trabajan realizando una tarea excepcional. Estos misioneros, los verdaderos cristianos de la iglesia, realizan su labor evangelizadora no adoctrinando ni predicando, sino actuando entre todos los necesitados y humildes. El ejemplo es su labor evangelizadora.

Todo esto le ha servido para descubrir el secreto de Bergoglio, que no es otro que el ser un hombre normal y corriente. Es la llamada papolatría, el culto a la personalidad que rodea al papa, el que lo presenta como un titán, un dechado de virtudes incompatible con la humanidad.

Cercas nos descubre que lo excepcional no es el papa, es la Iglesia católica. Bergoglio era en los años sesenta y setenta un sacerdote de carácter fuerte, autoritario, que se dejó llevar por la soberbia. Lo ocurrido con la dictadura militar y especialmente los dos años en que fue alejado de los jesuitas de Buenos Aires al ser trasladado a Córdoba, hicieron de él un hombre distinto, más humilde, menos hambriento de poder, más consciente de sus flaquezas. Cuando vuelve a Buenos Aires a partir de ahí que comenzó a gestarse el Bergoglio actual y eso le permitió convertirse en un dirigente de verdad. Su carrera eclesiástica se disparó hasta llegar al papado en 2013. Pero parece improbable que quisiera ser papa pues para entonces había solicitado su jubilación. Solo se convirtió en un líder de verdad cuando ya no buscaba ser líder; pero, por lógica, aún quedan vestigios del viejo y autoritario Bergoglio y eso le obliga a luchar consigo mismo, contra su fuerte carácter, contra sus flaquezas, contra sus propios demonios, por eso quizás sus primeras palabras al aceptar ser elegido papa fueron «aunque soy un gran pecador», por eso adoptó el nombre de Francisco, emblema de la humildad.

El libro, escrito con el humor y la ironía propias de Cercas, ejerce una atracción permanente por la cantidad de descubrimientos acerca del Vaticano y del papa Francisco que contiene y que resultan jugosos y que nos llevarán a las páginas finales donde Cercas consigue trasladar a su madre la respuesta del papa acerca de la inmortalidad.

El loco de Dios en el fin del mundo

Autor: Javier Cercas

Editorial: Random House

Páginas: 485

Precio: 22,70 €

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