Anagrama

Proust visto por una heredera de la casta aristocrática que él retrató

Descendiente de la alta nobleza francesa a la que renunció, Laure Murat escribe en ‘Proust familiar’ un extraordinario ensayo sobre los personajes que Proust retrató y cómo su novela supuso su liberación personal

Laure Murat

Laure Murat / L.O.

De entre todos los escritos y ensayos publicados en torno a Marcel Proust y su monumental ‘En busca del tiempo perdido’, destaca por su carácter insólito y su atrayente originalidad el firmado por Laure Murat, al divulgar la relación amistosa entre su aristocrática familia (bisabuelos y abuelos) y el mismísimo Proust, allá por los primeros años del siglo XX y como esos familiares y otros personajes de la nobleza francesa aparecen retratados en su gran obra.

Por eso su ensayo, recién publicado en España por Anagrama, lleva el título de ‘Proust novela familiar’, un trabajo intenso y emocionante, narrado con inteligencia y gran delicadeza que ha ganado el Premio Médicis de Ensayo.

Laure Murat, actualmente profesora del Departamento de Estudios Franceses y Francófonos de la Universidad de California, es heredera de la más alta aristocracia francesa. Nobleza del Imperio por línea paterna remontándose al Rey de Nápoles, y del Antiguo Régimen por línea materna a través de la prestigiosa línea de los Duques de Luynes. Una categoría social a la que ella renunció hace años tras romper con su familia.

Lo trascendente y singular de este extraordinario ensayo es seguir paso a paso como la escritora e historiadora encuentra en ‘En busca del tiempo perdido’ una clave o llave maestra para comprender su propia vida y como su lectura y relectura le sirvió para cambiar su vida y ver el mundo de manera distinta.

Ella relata cómo se pasó toda su niñez y adolescencia oyendo hablar en casa de los personajes de En busca...., convencida de que eran primos o tíos a los que no conocía. No fue hasta los 20 años que leyó la novela. Al hacerlo vio que estaba emparentada realmente con los Guermantes y otros personajes como Robert de Saint Loup o el barón de Charlus. Se quedó atónita pues lo que en su casa había quedado reducido a una crónica mundana doméstica, era en cambio todo un monumento literario, donde la enorme superioridad de Proust destacaba sobre una clase social fatua e inculta.

La lectura que hace Laure Murat tiene cierta peculiaridad es lo que ella llama «el síndrome de Obelix» y es que ella proviene de ese mundo de la aristocracia, sus orígenes están ahí, sus bisabuelos conocieron y trataron a Proust y a otros personajes de su novela.

Todas las escenas que describía el libro en las que intervenía la aristocracia le resultaban más auténticas incluso que las vividas realmente por ella en su familia. Era ver «como la forma proustiana le daba sentido a la vacuidad de la forma aristocrática». La literatura aportaba consistencia y densidad donde solo había pantomima. Descubrió como el barón de Charlus era en la novela más real que en carne y hueso o que la señora de Villeparisis se materializaba idéntica al comportamiento real de sus tías.

En 1904 Proust frecuentaba a la bisabuela de Laure en su palacete de los Murat , que él consideraba «el más hermoso de París». Cuando años más uno de sus nietos se enteró de que su abuela conocía a Proust esta le respondió «sí, era ese plumífero (periodista) que se sentaba en un extremo de la mesa». Eso es todo lo que su abuela captó de la grandeza de Proust. En ese palacete le presentaron y conoció a Oriane de Goyón que Proust reconvirtió en su libro en la famosa duquesa de Guermantes; o a Robert de Saint Loup, que era amigo de su tío bisabuelo ; o al príncipe Borodino cuando iba a cenar a casa de los Murat. Al leer vio que estaba emparentada realmente con los Guermantes y otros personajes vinculados a la gran novela de Proust. Fue así como percibió que la novela familiar nunca había hecho tanto honor a su nombre como en su caso.

Ella llega a decir que le debe a Proust el haber descubierto la impostura de los de su clase, de descubrirle la verdad sobre sus orígenes, gracias a la literatura, «que es más exacta que la historia».

Con Proust no solo se liberó de los tópicos inherentes a la nobleza, sino que le permitió tomar una determinación en su vida respecto a su homosexualidad, al ser lesbiana. Esa homosexualidad fue la que propició la ruptura definitiva con su familia, tras una conversación con su madre .

Frente a los que enjuician a Proust como un esnob ella afirma que En busca del…… «es la crítica más cruel y más sutil que jamás se le haya hecho a la aristocracia francesa en literatura. Proust realiza en su obra una amplia puesta n escena para quitarle la venda de los ojos a la sociedad acerca de la aristocracia. Su obra sería así el gran libro de lo inverso, donde los personajes resultan ser lo contrario de lo que aparentan y tras el hombre de mundo aparece el paleto; tras una legendaria duquesa, una mujer vulgar; tras el hombre viril, aparece el afeminado; el noble como un innoble.

Con cada lectura, escribe Laure Murat, Proust modificó su forma de ver el mundo. Leer y releer a Proust le incita permanentemente a sobrevivir y a vivir. Para ella la lectura de En busca… supone un consuelo, entendido como poder liberador, como fuerza de emancipación, pues es como la luz que un día brotó del fondo del túnel.

El impacto de la obra de Proust sobre ella se debe a que En busca…. se sitúa bajo el flujo constante del tiempo y la transformación de los seres humanos, mientras que a ella la criaron bajo la ideología que sacralizaba la inmutabilidad del tiempo y despreciaba cualquier cambio .

Proust tenía una actitud ambivalente de la nobleza del Imperio. En principio era buena seguramente porque en algún momento creyó en la capacidad creativa de la nobleza en su aptitud para construir un mundo e inventar un estilo, pero progresivamente la fue juzgando con mayor dureza de manera que En busca del... también es la historia de una tremenda desilusión y de un vuelco casi total de sus opiniones. A los Murat terminó criticándolos con dureza en el pastiche de Saint Simon.

El ensayo ‘Proust, novela familiar’ tiene también otros elementos de enjuiciamiento, más generales. En este aspecto trata de responder a una pregunta múltiples veces realizada. ¿Esa fama universal de Proust, a qué obedece, qué hace que se le designe el mayor escritor del siglo XX? ¿Cómo a partir de las peripecias de la alta sociedad parisina consigue Proust cautivar a los lectores?

Resulta interesante descubrir esa reinterpretación que Laure Murat hace de la obra de Proust, una interpretación no solo singular y precisa sino que hunde sus raíces en el profundo conocimiento que ella tiene tanto del autor como por supuesto de su gran novela.

Proust, novela familiar

  • Laure Murat
  • Editorial: Anagrama
  • Traducción: María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego
  • Precio: 20,00 €
  • 284 pp.
Tracking Pixel Contents