Novela
Antonio Muñoz Molina: Cervantes y El Quijote en el imaginario universal
Antonio Muñoz Molina regresa con ‘El verano de Cervantes’, una obra en la que se adentra en El Quijote y su impacto universal, pero también en sus propios recuerdos con una mirada profesional y a la vez íntima

Antonio Muñoz Molina.
Leer a Antonio Muñoz Molina siempre es un regalo. Ya sea novela, ensayo, diarios, prensa escrita. Acercarse al universo del genial autor ubetense es provechoso y necesario y aún más si, como en el caso que nos ocupa, aborda la gran obra que nuestro país aportó a la literatura universal, El Quijote, que hasta nuestros días sigue teniendo influencia en ficciones de todo tipo y medios. Y a recorrer los pasajes del inmortal personaje de Miguel de Cervantes nos invita Muñoz Molina en ‘El verano de Cervantes’, una obra que son varias en una, un análisis personal y crítico de las andanzas del hombre de la Mancha y el resto de personajes que encuentra en su camino y a la vez un recorrido por la relación que el propio escritor ha tenido con El Quijote, desde sus primeras lecturas juveniles hasta la actualidad, lo que le sirve para recordar pasajes de su vida, desde el niño de campo de la posguerra al autor consagrado que pasea por las calles de Madrid deseando regresar a la relectura de Cervantes.
Pero también en este libro, publicado por Seix Barral, encontrará el lector un recorrido por otros autores universales cuya obra y vida quedó marcada por la lectura del Quijote. Y con todo ello va hilando Muñoz Molina un volumen que es de obligada lectura para los amantes de Cervantes, pero también para los amantes de la literatura en general y para esas varias generaciones que hemos crecido en una España, la de la segunda mitad del siglo XX, en la que el personaje creado por Cervantes formó siempre parte del imaginario popular, desde las casas más humildes a las élites que decidieron el futuro de muchos entre pocos.
Porque al recordar el autor sus años de niño en Úbeda, en una Andalucía que luchaba por sobreponerse a la guerra arrastrando una pobreza estructural, es fácil reconocer que esa España de la que escribió Cervantes en el siglo XVII seguía existiendo siglos después, con un lenguaje aún vivo entre la gente humilde de campo. Una España interior, la de entonces y casi la de ahora, en la que crear historias era una de las pocas vías de escape de una realidad gris, en la que alguien como el Quijote, con su obsesión por leer y saber, solo podía ser visto como una anomalía.
Cuenta Muñoz Molina que Don Quijote es el libro que más ha comprado en su vida y el que más ha regalado. «He leído tantas veces el libro que me parece recordar una larga lectura intermitente», admite. Una lectura que va recorriendo veranos de su existencia, como ese largo verano en el que va sucediendo la historia, que casi parecen acomodarse al paso de esos meses, desde las esperanzas que atraen los luminosos días del primer estío hasta esa desazón de final de la estación cuando las noches se alargan anunciando irremediablemente la llegada del otoño. Y en este verano con los dos escritores, Cervantes y Muñoz Molina, conocemos aún mejor a ambos. El niño andaluz de campo que encontró su refugio en los libros y que ahora es uno de los grandes de la literatura en español y el veterano de la batalla de Lepanto, anclado en esos días de gloria, que encontró el éxito en vida, pero no la riqueza ni el reconocimiento que esperaba para sus obras teatrales y que tuvo una existencia azarosa como recaudador en tierras castellanas y andaluzas, que le sirvieron de estampas para sus obras.
Y vamos conociendo de la mano del autor los estilos que Cervantes quiso reflejar en su magistral obra, la influencia de la literatura italiana de la época, del Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán, su crítica a las tan afamadas entonces novelas de caballería, su fiel reflejo de una sociedad que era una amalgama de personajes fundamentalmente necesitados, de conversos, de moriscos exiliados. Y nos cuenta que Thomas Mann leyó el Quijote en el barco que le llevaba al exilio americano tras su huida de la Alemania nazi. Y cómo Flaubert escribía cartas a su amante en las que la llamaba su Dulcinea, que la Dorothea protagonista de Middlemarch, de George Eliot, viene de esa otra Dorotea de la obra de Cervantes que terminó siendo la princesa Micomicona. Y no evita el autor recordar a otros literatos nacionales que no tuvieron demasiados buenos ojos con la obra de Cervantes, como Ortega y Gasset o Miguel de Unamuno.
Permite al autor esta recorrido por El Quijote además teorizar sobre el concepto general de la novela. ¿Qué es una novela? ¿Qué elementos aporta, qué licencias permite? «La novela es la provincia fronteriza y bastarda de la literatura», dice Muñoz Molina.
El lector va avanzando en la lectura del Quijote de la mano de Muñoz Molina, como un acompañante silencioso enganchado a la narración del escritor ubetense, que vuelve a demostrar que es un magnífico contador de historias, las suyas y las ajenas. Hacer buena literatura es un trabajo difícil, saber contar historias lo es más aún. Y Muñoz Molina lleva décadas demostrando que pocos le alcanzan en maestría en esa tarea. Nos adentramos en la segunda parte y la narración se vuelve de algún modo más real, aunque más amarga. Han pasado diez años y Cervantes vuelve con su gran personaje después de que hubiese aparecido el Quijote de Avellaneda, al que lleva a su destino final. Viaja Muñoz Molina también en la última parte de su obra a los escenarios del Quijote y el verano, el real, se alarga en un otoño y un invierno en el que el Quijote también es refugio y supervivencia para el propio escritor, como él mismo cuenta. Es su anclaje pero también el del lector que sin duda acabará esta lectura con renovadas ganas de volver al Quijote. Y también a Muñoz Molina. Eso siempre. Sus libros son un oasis en medio de esa realidad de la que a veces necesitamos huir. Y ‘El verano de Cervantes’ es la oportunidad perfecta para una escapada literaria de la mano de dos grandes. Léanlo.

El verano de Cervantes
Autor: Antonio Muñoz Molina
Editorial: Seix Barral
Páginas: 448
Precio: 22,90 €
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