Historia

Aquellas chicas tan malas que tan buenas eran

Durante la República las mujeres, pese a la resistencia de los sectores más retrógrados, alcanzaron altas cotas de libertad gracias a su empuje y su talento. Pero todo eso fue sepultado por la dictadura

Rafael Torres.

Rafael Torres. / L. O.

Juan Gaitán

Juan Gaitán

Hay libros que, de pronto, te hacen caer en la cuenta, te hacen reflexionar, alumbran un hueco de tu vida, de tu educación, de tu formación como ser humano, que está huérfano, vacío, ayuno. Y de pronto ese libro viene y lo llena, o al menos lo habita un poco, y a partir de ahí eres mejor, un ser humano más completo, más sabio, más justo.

Eso le ha pasado a este crítico con ‘Las chicas malas de la República’, de Rafael Torres, obra recién publicada en La esfera de los libros y que lleva por aclaratorio subtítulo ‘Valientes, brillantes, raras, libres’.

De pronto, durante su lectura, me di cuenta de algo terrible. Durante mi infancia y gran parte de mi adolescencia y juventud no tuve referentes femeninos más allá de los que me rodeaban por cuestiones familiares. Quiero decir que no tuve «ídolas» (usando un «palabro» que Rafael Torres emplea en su libro), sencillamente porque no las había. Los niños y jóvenes de mi generación crecimos pensando que el mundo lo habían hecho los hombres, solo los hombres (otro día, acaso, analizaremos el desastre emocional que puede representar para un niño sentir el peso de tener la responsabilidad de mantener el listón), y que las mujeres estaban ahí como parte necesaria para mantener la especie, cuidarnos y poco más.

Yo, como muchos de mi generación, crecí oyendo terribles historias de la Guerra Civil y la posguerra y, en mi caso como en tantos otros, con la mitificación de quienes habían intentando establecer en España un modelo político de libertades y luchado luego por mantenerlas cuando nos las arrebataron los rebeldes fascistas. Pero en aquellas historias no había mujeres, al menos no mujeres que hubieran contribuido a la libertad. Eran, en todas las historias, víctimas de iniquidades.

Pero sí las hubo, y tanto que las hubo. Un buen número de ellas están aquí, en este ‘Las chicas malas de la República’ que nos presenta ahora Rafael Torres, un escritor de muy largo recorrido, autor de una extensa obra literaria y también de una no menos extensa obra periodística que comenzó en 1980 y que le ha llevado a publicar en la práctica totalidad de los periódicos españoles y en varios de América.

Con este libro, Torres rescata del olvido a unas mujeres que lucharon por dignificar sus vidas, su condición de mujer y su derecho a ser lo que quisieran ser. Como dice el propio autor en la introducción: «Las chicas malas de la República fueron, en general, muy buenas, y este libro aspira, de una parte, a reencontrarlas en sus espacios naturales congelados en el tiempo (…) y de otra en su intimidad personal, en la búsqueda que todas emprendieron, cada una a su manera, de su identidad y de su lugar en el mundo».

Desfilan por las páginas del libro mujeres maravillosas, valientes y decididas, mujeres que vivieron vidas libres y que pagaron, casi siempre, un alto precio por ello, «un precio brutal, un precio que aún paga la sociedad española, a la que se privó durante décadas de la aportación de esas mujeres extraordinarias, y aun de las que, siéndolo menos, tenían algo que decir y no pudieron» (página 15).

Rafael Torres ha hecho una profunda, seria, inapelable investigación para escribir este libro. Escrito con la agilidad, la soltura y la naturalidad de quien es maestro en su oficio, ‘Las chicas malas de la República’ estremece en algunas de sus páginas, en muchas de las historias que nos transmite. Hay mucho dolor, mucha injusticia, mucho odio hacia quienes solo querían vivir sus vidas como les diera la gana, con la libertad que debería ser natural y obvia para todos los seres humanos. Duele, duele muchísimo, el suicidio de la muy valiente Irene Polo, la «chica mala» que, desde la portada del libro, nos mira con desafío, con una cierta chulería también, con una expresión de firmeza y valor en su actitud. Y duele, cómo duele, la tristísima historia de Eleuteria Carrasco, probablemente malagueña, una pintora de inmenso talento que, sin embargo, pasó su vida siendo la criada de sus parientes, sus padres primero y sus primos después, y a quien todo el mundo llamaba cruel y simplemente «fea», privándola hasta de lo más básico, su propio nombre.

Este no es un libro fácil, complaciente, un libro para llevárselo a la playa y pasar el rato. Es un libro con vocación de remover las conciencias, de hacernos ver cuán injusta ha sido la historia, la sociedad y la vida con estas mujeres y con tantísimas otras de las que ni siquiera tenemos una mínima referencia. Es un libro, como decía al principio, cuya principal finalidad es que nos percatemos de la injusticia.

El autor conoció personalmente a varias de las mujeres que aparecen en el libro, que está dedicado a una de las más lúcidas, íntegras y brillantes mujeres de la historia española, la también malagueña María Zambrano, con quien Rafael Torres mantuvo una relación de amistad cuando él era un joven buscando su lugar en el mundo y ella una mujer ya en la última etapa de su vida. El último capítulo de ‘Las chicas malas de la República’, titulado ‘María Zambrano. Los gatos, lo cierto y lo soñado’ está dedicado a la pensadora malagueña, y en sus páginas se destila el gran afecto que Rafael Torres siente por María.

Por los capítulos de ‘Las chicas malas de la República’ desfilan mujeres periodistas, científicas, escritoras, pintoras, actrices, bailarinas… «mujeres que fueron muy buenas porque fueron muy libres, o cuando menos lo intentaron; pero cuando España devino en una inmensa prisión, y toda libertad fue aherrojada y perseguida por el régimen de Franco, esas mujeres pasaron a ser consideradas malas, muy malas, tan malas que fueron suprimidas, encarceladas, arrojadas al exilio, depuradas, enmudecidas y, andando el tiempo, olvidadas» (página 12).

De este modo, ‘Las chicas malas de la República’ se convierte en un acto de justicia, de reivindicación de unas mujeres que lo dieron todo y todo lo perdieron, mujeres cuyas vidas y memoria se intentó sepultar pero que ahora, en las páginas de este libro, podemos encontrar vivas, jóvenes y maravillosas.

Las chicas malas de la República

Autor: Rafael Torres

Editorial: La Esfera de los Libros

Páginas: 300

Precio: 21,90 €

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