Ensayo
Cristóbal Polo y la cuadernística
La editorial WunderKammer publica ‘Cuadernística’, el texto fundacional del autor gaditano sobre el arte de escribir en un cuaderno; un libro híbrido e incatalogable en el que se mezcla la prosa de creación con la reflexión sobre la escritura y la vindicación de un soporte que ha sido y es mucho más que docilidad y papel

Cristóbal Polo / L. O.
Hace apenas unos años ni tan siquiera ellos, los amanerados de la Olivetti, los prestidigitadores de la nostalgia, se habrían atrevido a tantos y tan ceñudos malabares. La vida útil de las cosas depende muchas veces no tanto del azar como de su capacidad de reciclaje. Y en ese prodigio posmoderno que es el mercado de las segundas oportunidades parecía no haber mucho sitio para el cuaderno, más allá del cada vez más infrecuente y atrabiliario desempeño escolar y su moratoria en calidad de reliquia para seres conmovidos y menestrales. El cuaderno es un objeto extrañísimo, con una centenaria existencia que ha ido oscilando entre lo intangible y lo utilitario, y que, dentro de su tecnología engañosamente dócil y primitiva, incurre en el milagro de trazar íntimas simpatías entre la mano, la conciencia y el árbol. Hasta el punto de revelarse, ya en el terreno de la creación, en una máquina sublime, capaz de condicionar con todavía más fuerza que la cámara y de provocar obras maestras que si su intermediación, al igual que ocurre con el paseo y con ciertos instrumentos musicales, habrían sido imposibles.
La literatura hecha por y con el cuaderno, merece una historia aparte. Tanto por la relevancia de sus títulos como por sus afanosas singularidades; esa comunión entre forma y fondo, ente lo elemental y lo fragmentario, entre la libertad absoluta y la falta de trascendencia que une en la faceta más artesanal y tal vez pura de su producción a escritores como Kafka, Valéry o Sei Sonagon. Y que, en su hoja de ruta como disciplina por atender iba demandando ya algo más que un filólogo y un compilador; una suerte de profeta inaugural, un filósofo del cuaderno y, sobre todo, un practicante, que es lo que, para suerte del lector en español, ha encontrado el sello gerundense WunderKammer en el escritor Cristóbal Polo, en una feliz además transfusión de equivalencias que hace que parezca que todas las piezas que concurren en el libro Cuadernística estuvieran de alguna manera predestinadas a imbricarse; el hecho de contar con una editorial y una colección -Cahiers- tan exquisita y propensa a las aventuras excepcionales y que su autor hiciera de su aproximación al cuaderno un nuevo cuaderno con todas las atribuciones especulativas que le atribuye en su tratado: la mezcla entre estilos y anotaciones; el formato libérrimo que tanto entusiasma a sus lectores y moradores. Esas «praderas salvajes de la escritura» de las que habla en el texto que son propias de la escritura en el cuaderno. Y que, por otra parte, entran en fascinante confrontación con las manías exhibicionistas y de recepción inmediata de estos tiempos de cacharrería sofisticada.
A Cristóbal Polo (Los Barrios, Cádiz, 1982) no le son precisamente ajenas las reflexiones en torno a la escritura y su interacción con los distintos medios expresivos. A su carrera literaria, que incluye poemarios como Tumba común -acaso uno de los más ambiciosos, originales y logrados de la década- añade investigaciones con todo tipo de caligrafías creativas: del montaje sonoro al audiovisual o la fotografía estenopeica. Incluida, cómo no, su colaboración con Siberiana Books, el proyecto de cuadernos artísticos impulsado por la artista lituana Ieva Rusteikaite que le sugirió el que fue el primer bosquejo de todo este camino conceptual y fabulador: la confección de una suerte de texto iniciático, de un manifiesto sobre el arte de escribir cuadernos, que, poco a poco, y siguiendo el hilo de la indagación, se fue poblando de nuevas capas hasta desembocar en este extraordinario Cuadernística. Un libro que en su elegantísimo encaje hermafrodita es al mismo tiempo un compendio de filosofía, prosas poéticas y ensayos y narraciones en torno a las diferentes dimensiones que concurren en la cultura del cuaderno: de la herencia y las anécdotas e ideas de sus más afamados usuarios -Ludwig Hohl y las hojas colgadas con pinzas, Emily Dickinson y sus herbolarios, Luis XVI y la recurrencia de la palabra ‘nada’, Jonas Mekas y la libreta del cine, el lápiz de Walser- a las inclinaciones metafísicas y espirituales que rodean al que fragmento a fragmento se empieza a insinuar y comportar en este texto como todo un paradigma moral y estético frente a la escritura.
A quién se dirige el escritor de cuadernos; qué relación mantiene con el diario privado y con la propia creación, dónde se sitúa en la wittgensteiniana escritura de lo que no se escribe y es imposible escribir; entre la consignación del mundo físico y la producción de un nuevo mundo, el cuaderno como vía de autorreconocimiento; su componente sagrado. Cuestiones todas ellas que traman su recorrido implícito en este libro que es asimismo tan riguroso como estilísticamente incatalogable; un ejercicio que va más allá de su andamiaje fundacional y analítico y que en términos creativos es al cuento lo que el cuento a la novela y al ensayo literario lo que el ensayo literario al estudio académico. Tal vez incluso lo que a la poesía la fulguración y el misterio que la precede. Y que, además, tiene la extraña virtud de resultar ingenioso y mordaz y al mismo tiempo de una espiritualidad por momentos no demasiado lejana al misticismo. Aunque, eso sí, a una variante del misticismo radicalmente contraria al dogma y a la santurronería alelada y medio pánica que está tan de moda en la actualidad.
Un título que admite muchas lecturas y estados de ánimo, dotado de una intertextualidad cinegética que a buen seguro habría convocado el entusiasmo de Borges, Queneau, Perec, Calvino o Barthes; que resulta poco menos que la encarnadura poética de una iluminada tesis semiótica. Y que, como eficacísimo material evangelizador, deja, sin duda, un poso euforizante. "La escritura es la alegría cuando todas las demás alegrías han fracasado", dice Russell Edson en un fragmento recuperado en uno de los fragmentos del texto. La alegría, que también melancólica, de agarrar un cuaderno y simplemente ponerse a escribir como el que respira; de respirar y escribir.

Cuadernística
Autor: Cristóbal Polo
Editorial: Wunderkammer
Páginas: 160 páginas
Precio: 13,50 €
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