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Vida política

Andrés Trapiello: la búsqueda de la tercera vía

A caballo entre el ensayo, la memoria personal y la historiografía reciente, Andrés Trapiello firma ‘Próspero viento’, la peripecia personal y de los españoles tras la liquidación de la dictadura, y con ello la defensa de una tercera vía que agrupe a una mayoría nacional

Andrés Trapiello.

Andrés Trapiello. / l.o.

Le sobra con un único párrafo del prólogo para relatar toda su peripecia política «En las elecciones de 1977 voté al Pce (…) después voté durante veinticinco años al PSOE, (…) luego voté por Ciudadanos y hace un año, por el PP. Este es su recorrido político, el de alguien que dice tenerse por un hombre libre «como el mendigo al que se refiere Emily Dickinson en sus poemas».

A sus 72 años Andrés Trapiello se encuentra quizá en su mejor momento literario. Atrás deja una larga carrera de obstáculos, de manejarse contra corriente por su condición de outsiders y de disfrutar ahora de una sólida posición entre los escritores españoles.

De ahí que haya entendido que es momento de atender la petición de la editora de La esfera de los libros, Ymelda Navajo, y detenerse escribir ‘Próspero viento’, el reflejo de una vida política, la suya y la del país desde el comienzo de la transición democrática a nuestros días.

Es también la historia propia, la de sus padres en las pobres tierras de León, sus grandes dificultades para salir adelante pese a pertenecer al bando de los vencedores. Cuenta así como al terminar la guerra sus abuelos paternos dejaron León para afincarse en La Vega de Manzaneda, al norte de la provincia. Allí sus padres sufrieron las hostilidades y la extorsión de los hombres del maquis que operaban en las montañas. Tuvieron que hacer frente al pago de un ‘impuesto’ que estos les exigían . Hasta que finalmente sus integrantes fueron hechos prisioneros y fusilados.

El libro persigue además hacer frente a tres ideas que Trapiello considera que hay que combatir, como son la llamada superioridad moral de la izquierda (en lo cultural especialmente); la defensa de una tercera vía que iría más allá de las dos Españas y la «barbaridad» de la Memoria Histórica.

Respecto a esa superioridad moral de la izquierda, Trapiello señala que «nunca el progreso ha sido más reaccionario ni la izquierda tan ciega», que ahora pues esa superioridad moral precisa en primer término acabar con la libertad, dictando normas políticas y culturales que le aseguren su supremacía, «pues sin hegemonía no hay superioridad». La llamada superioridad moral de la izquierda tiene su origen no tanto en lo que sucedió en la guerra, sino en el relato que le siguió, cuando se creyó que los mejores intelectuales y escritores se pusieron del lado de la República, una verdad solo a medias. «La hegemonía cultural de la izquierda terminará cuando empiecen a leer todo aquello que dicen haber leído. Eso se cura leyendo. La izquierda llega a este mundo creyendo que son más cultos que los de derechas y, en parte, es cierto porque la derecha ha hecho una dejación de la cultura».

Y aquí engarza con su la defensa de una tercera vía que iría más allá de las dos Españas. Esa teoría es para Trapiello la clave del arco de la sinrazón que llevó a una división como la Guerra Civil. «Dos minorías, las de izquierda por un lado y la fascista, por otro habían traído a su bando a punta de pistola a todos los demás. El de las dos España no pasaba de ser el mito que explotaron unos y otros, en detrimento de una tercera España que integró a quienes no se identificaban ni con la una ni con la otra». Esa es la tercera vía que defiende Trapiello, y desde donde levanta la voz para reivindicar el talento de aquellos escritores e intelectuales que no estuvieron con ninguno de los dos bandos, que quedaron en tierra de nadie, como Unamuno, Juan Ramón Jiménez, Pío Baroja, Chaves Nogales o Clara Campoamor.

Todo ello ha desembocado en la llamada Memoria Histórica, el tercero de los molinos de viento contra el que se lanza Trapiello en este libro, «que no se asienta en los hechos que se quiere recordar, sino recordando hechos que no sucedieron. Se sustenta en un principio falso, que es recordar lo que no ha sucedido y olvidar lo que pasó». En este asunto apunta como gran culpable al expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, por poner en marcha la «memoria histórica» tras la transición. «Cuando llegó dijo: ‘vamos a volver a la casilla de salida y vamos a recontar otra vez la historia’».

Con el mismo interés de convencer o no, pero de ser escuchado con respeto Trapiello va haciendo recordatorio de su vida política y cuenta como con 17 años se inició en la política y en el amor. La única política que merecía entonces ese nombre era la antifranquista, aunque poco después supo que ser antifranquista no era sinónimo de demócrata. En esas fecha la inició en el amor una prima suya cinco años mayor que él. Al despedirse ella le dejó varios ejemplares de Mundo Obrero. Los descubrió su madre, pero fue su padre, un falangista silencioso, el que le echó de casa a él y a su hermano Pedro. Y se fue a Valladolid a estudiar Filosofía y Letras. Así pasó de la adolescencia a la edad adulta sin transición alguna

Llegó su paso por la Joven Guardia Roja y el Pce que no duró mucho tras ser expulsado junto a otros compañeros «por revisionistas, drogadictos y maricones».

Al poco de llegar a Madrid, en 1975 conoce a Juan Manuel Bonet, lo que fue determinante para su futuro. Bonet era brillante, culto, divertido.

Llegó la transición y lo mejor de ella, según Trapiello, es que las cosas fueron saliendo todas un poco por casualidad y la buena voluntad de muchas gentes de izquierda y de derecha, y por eso todo funcionó a la perfección. Aunque él y Miriam se fueron a Lisboa a pasar el largo fin de semana en que se votó la Constitución. Mirian fue su tercer gran amor y el definitivo. «Es la mujer más completa que he conocido y un solo tomo del Salón de los pasos perdidos bastaría para dar cuenta de lo que digo».

Luego en 1982 llegó la gran victoria socialista. Su mayoría absoluta le permitió abordar la modernización de un estado cuyas instituciones seguían siendo las que procedían del franquismo. «Los diez primeros años de socialismo fueron políticamente los más hermosos e ilusionantes que haya conocido España en toda su historia». Con un proyecto común, el de construir un país moderno y afianzar una democracia de ciudadanos libres e iguales. Sin duda ‘Próspero viento’, como dice el propio autor, no convenza a todos, pero está escrito desde una honestidad palpable y una libertad personal admirable.

Próspero viento (Una vida política)

Autor: Andrés Trapiello

Editorial: La esfera de los libros.

Páginas: 336pp.

Precio: 23,90 €

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