Una solitaria oreja a cargo de David Fandila "El Fandi" fue el escaso balance de la corrida de toros celebrada hoy en Málaga, en la que el madrileño López Simón protagonizó una muy meritoria actuación.

Lo mejor, sin premiar

La plaza de toros de La Malagueta ofrecía un cartel para su séptima de abono, la última a pie, que podía terminar de forma triunfal o también de forma triunfalista.

Abriendo estaba "El Fandi", que, a pesar de la cercanía con Granada, ya no trae a Málaga el público, ni en número ni en tipo, que traía, pero que sabe cómo hacerse querer. Y por otro lado Castella, en un gran momento, y López Simón, uno de los nombres revelación de la temporada.

Cada uno aportó lo suyo pero fue una tarde de chispazos viniendo de otros relumbrones de tardes anteriores. Sí, la primera oreja es del púbico. Si desde los tendidos se pide de forma mayoritaria hay que concederla. Pero claro ¿es lo mismo una oreja que otra? Sobre el papel sí pero en esencia, no.

Ese fue el trofeo que consiguió llevarse David Fandila "El Fandi" de su segundo. El toro ofrecía posibilidades y él las aprovechó pero sin profundidad, ni ligazón. Aunque de cara al público surtió mucho efecto porque estuvo entregado con él, aunque se viera más de un banderazo innecesario. El toro cayó pronto y el granadino se llevó una oreja al esportón.

En el que abrió plaza apenas hubo enjundia a pesar de que el toro se quedó por ver, pero el diestro no se empleó a fondo con él. Su labor fue silenciada.

Sin pena ni gloria pasó Sebastián Castella sobre todo en el segundo de la tarde, muy brusco en la embestida y con cierto peligro en la embestida. Se terminó rajando en la muleta y el matador se fue silenciado.

Ante su segundo oponente, de Victoriano el río, Sebastián Castella cumplió con el capote en el recibo. Tras un accidentado tercio de banderillas, el francés brindó al público la muerte de este segundo de su lote, al que citó desde los medios para, poco a poco, hacerlo suyo.

Su valor frío y el buen momento en el que está le permitieron enlazar tandas que aunque no serán para el recuerdo le hicieron ganarse los cariños del público. Como marró con la espada, estrepitosamente, todo se quedó en papel mojado.

Muy meritoria fue la actuación de López Simón en la Feria de Málaga. Ante un Fuente Ymbro correoso y con genio se mostró firme el madrileño y pudo dominarlo, lo que le sirvió para poder sacar a relucir alguna tanda.

Cerraba la tarde con un recibo descafeinado frente al sexto. Como descafeinado fue el propio toro en el que el joven diestro no encontró el compañero ideal. Se empleaba poco el animal pero de ahí el mérito del diestro que se mantuvo firme y no bajó la guardia. Pudo rascar un poquito de su oponente pero no había más cera que la poca que ardió.