Crece el optimismo con la Feria. A pasos, aunque prudentes, inequívocos en cuanto a lo saludable de su dirección. Especialmente, para la economía de la ciudad, que parece que se ensanchará a partir del viernes en línea, finalmente, incluso superior a los vaticinios oficiales. La buena marcha del turismo ha contagiado al resto de sectores, principalmente por la vía de la hostelería, que se prepara para afrontar unas fiestas en la que todo apunta al aumento del consumo respecto al de 2015, que resultó, ya de por sí, positivo y comparativamente al alza.

A falta de poco más de 24 horas para el pregón, las dudas empiezan a disiparse y cada vez son más los que, animados por la agitación de las reservas, están convencidos de que se rebasará la marca del pasado año. Una empresa que no se antoja fácil. Y menos si se atiende al balance del Ayuntamiento, que cifra el impacto de la última edición -entre ingresos directos e indirectos- en alrededor de 50 millones de euros.

José Simón Martínez, portavoz del colectivo Mahos-Amares, que representa a los hosteleros, insiste en que las sensaciones son similares a las de la previa de 2015. De nuevo, la víspera de los fuegos arranca con una predicción entusiasta. Y la mayoría de los empresarios, aunque tímidos a la hora de dar números, aluden a un salto de proporciones similares al del último ejercicio. En caso de confirmarse, eso significaría que la ciudad cerraría la Feria con un 10 por ciento más de movimiento económico, lo que arrojado a términos brutos da la contundente cifra de 55 millones -casi 37 si se considera en exclusiva el impacto directo-.

La intuición de los establecimientos no responde a un simple ejercicio de fe, sino que se apoya en dos auténticos pilares: las ventas que se están dando este verano y, sobre todo, la suma constante de viajeros, que podría dar la campanada a final de año y reventar el récord histórico. «Aún es pronto para fijar hipótesis, pero suena razonable un crecimiento como el que se está hablando, de 10 puntos», señala el representante de la asociación.

Donde las previsiones ya empiezan a cobrar forma es en la sala de máquinas de los hoteles, que, con el paso de los días, van saliendo poco a poco del campo del adelanto estadístico para centrarse en las cuentas reales. Según informó ayer el portal Trivago, el 94 por ciento de los establecimientos de la capital han colgado ya el cartel de completo. Y, además, con unos precios medios por habitación que van de los 214 euros del sábado 13 a los 157 del miércoles.

El efecto de las fiestas en el turismo es, en este sentido, perfectamente medible. La ocupación media prevista, sin ir más lejos, para las fiestas es un 30 por ciento de la que se suele obtener normalmente en Málaga durante estas alturas del mes de agosto. Trivago insiste en que, a pesar del buen ritmo con el que se están cerrando las reservas, todavía hay capacidad para acoger a más viajeros en algunas de las modalidades de alojamiento que ofrece la planta hotelera y de apartamentos. En los hoteles, una vez descontados los picos, la tarifa media se sitúa actualmente en 176 euros, si bien es posible encontrar acomodo a partir de 60. Todo depende del tipo de hospedaje que se busque. Las casas rurales, por ejemplo, están a 122 euros por noche.

Los datos compilados por el portal también apuntan a las nacionalidades que estarán más presentes en la próxima edición de la Feria, que, como todas las anteriores, se nutrirá mayoritariamente de un público nacional, en muchos casos procedente de las provincias andaluzas más cercanas. Entre los que viajan para conocer las fiestas y el resto de reclamos de la ciudad, destacan también los turistas procedentes de Gran Bretaña, Italia, Francia, Alemania y Dinamarca.