­Todas las previsiones para esta feria 2017 apuntaban a que sería una de las mejores ediciones de la historia de la ciudad. Sin embargo, las impresiones finales tanto de hoteleros, hosteleros y visitantes no coinciden con esta optimista predicción. La semana anterior a que Lamari de Chambao anunciara el pregón de inicio de la semana grande, los empresarios hoteleros vaticinaban una ocupación que superaría el 97% debido a los 550.000 visitantes que se esperaban entre excursionistas, cruceristas y alojados.

A un día de poner fin a la fiesta de la capital, la sensación de los malagueños acostumbrados a vivir su feria entre avalanchas de gente es de que se trata de una edición más «tranquila». Lucía Fernández tiene la percepción de que andar por las calles del casco histórico de la ciudad no está suponiendo la odisea de otros años, ya que incluso se puede avistar algún que otro hueco por las plazas del Centro. «El primer sábado siempre ha sido el mejor día de feria y no estaba mal, pero lo noté un poco vacío», expresa esta malagueña del área oeste de la ciudad.

Las impresiones de los hosteleros varían en función de la zona. Aquellos más cercanos a las plazas donde se ofrecen conciertos, como la Taberna Pepa y Pepe, situada junto a la plaza de la Constitución, consideran que este año es uno de los años que más clientes han recibido. «Está siendo un completo éxito, la gente ha consumido muchísimo», afirmó el encargado del conocido restaurante.

En la Taberna del Siglo Daniel Pérez, uno de los empleados, destacó que este año está siendo «como todos, ni más ni menos: muchos turistas y mucha gente».

En los locales que rodean la plaza Uncibay, la percepción de los hosteleros es similar a la del año pasado. Carlos Jiménez, portero de la discoteca Andén, asegura que este año se está recibiendo a la misma cantidad de clientes que el año anterior, aunque reconoce que las calles parecen menos ocupadas. Para Antonio Casares, del Tragatapa, la cantidad de personas que han acudido este año es prácticamente la misma, aunque reconoce que se está consumiendo menos que otros años.

En restaurantes emblemáticos como El Pimpi, la sensación es similar. El camarero Mario Trigo asegura que este año están recibiendo menos clientes. «Vienen turistas como siempre y en general está yendo bien, pero no como otro años», explica. «Desde hace unos años la cosa en la feria del centro va más floja, antes pasar por esta terraza era imposible y este año no lo está siendo».

El empresario Manu Torres, uno de los gerentes del bar Las Tortugas, en la plaza de la Merced, considera que uno de los mayores problemas para su negocio es el botellón. Torres asegura que el perfil de cliente que acude a esta plaza es más «sofisticado». «Nuestro perfil de cliente busca tranquilidad, disfrutar de un refresco o una bebida sin enfrentarse al bullicio de feria. Sin embargo, con el botellón al lado se hace más difícil todo».

Aún falta por hacer el balance final sobre la ocupación de feria para determinar si las cifras corroboran las previsiones. Sin embargo, Francisco Moro, en representación de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), describe esta edición como «muy extraña» debido a la huelga de taxis. Moro ratifica que las cifras de ocupación que esperan obtener serán similares a las del pasado año. Es decir, una ocupación media del 92%. No obstante, el empresario reconoce que el paro de los taxis durante gran parte de la semana ha afectado al número de reservas. «Normalmente siempre suele haber reservas de última hora de gente que decide acudir a la feria en el último momento, sin embargo, al no haber taxis, muchos han optado por no visitar la ciudad». La imagen que deja esta edición de la feria de Málaga entre los visitantes es la de una celebración tranquila. Aitor Gómez, uno de los miles de visitantes, explica que tanto él como sus amigos esperaban «más ambiente». «Vine el sábado y la verdad es que no he visto demasiado movimiento para ser feria. Me dijeron que las plazas estarían repletas de gente y sin embargo no ha sido así».

El balance de impresiones de hoteleros, hosteleros y visitantes es que esta edición no ha sido una de las mejores que ha vivido la ciudad. Aunque queda esperar los resultados económicos oficiales para valorar con mayor certeza el éxito de esta feria que hoy concluye.