La Feria ha llegado a su fin y se despide hasta el año que viene por la puerta grande. El último día de fiesta en el Centro no fue tranquilo en su final, aunque sí a primera hora. Los malagueños y visitantes se reservaron hasta pasado el mediodía para inundar las calles de alegría.

Como en el resto de jornadas, todas las plazas del centro tenían algo que ofrecer. En la Merced, se celebraba el festival intercultural de música y danza Más malagueños y más culturas. Ritmos latinos inundaron la plaza que vio nacer a Picasso. El público, al principio un poco tímido, se decidió a bailar salsa cuando la orquesta tocó las primeras notas. La misma escena se repitió en todas las zonas de la capital.

Los feriantes bailaron, rieron y comieron en todas las casetas del centro. Las actuaciones ofrecían música de todos los géneros, aunque el flamenco fue el verdadero protagonista. Tanto El Pimpi como en la peña flamenca Juan Breva, el arte jondo lo abarcaba todo.

Una Feria a medida que también disfrutaron los más pequeños con la programación de talleres y espectáculos en calle Alacabilla. La plaza de la Marina fue fiel testigo de las ganas de los más jóvenes de explotar las horas restantes. El bullicio de ayer dejará un ritmo más pausado este domingo, día en el que toca recoger y comenzar a pensar en la Feria del próximo agosto.