Calle Larios ya se ha llenado de farolillos y su portada está lista para recibir a partir de este viernes a las miles de personas que vivirán la Feria en el Centro HistóricoFeria en el Centro Histórico. El ajetreo refleja los escasos días restantes para el arranque de esta fiesta, en los que las casetas, bares y comercios ultiman su puesta a punto para la que es para muchos la semana de mayor actividad en sus negocios.

Las casetas de la Plaza de la Constitución comienzan a tomar forma e intensifican su trabajo, a contrareloj, con la cabeza puesta en el viernes. "Aquí hay gente desde las diez de la mañana hasta las nueve de la noche, todos los días", comenta Alberto López, uno de los miembros de la cofradía que está colaborando en el montaje de una caseta junto a sus compañeros. "La carpa la empezaron a montar ayer y son solo cinco días para tenerlo todo listo", explica. Les quedan unos intensos días de trabajo, en los que algunas tareas aparentemente sencillas, como el montaje de los farolillos, se realiza simultáneamente a otras de mayor complejidad como las necesarias instalaciones de electricidad, en las que López comenta que se estará trabajando durante toda la semana.

Una infraestructura con una semana de vida que también da trabajo a muchos profesionales. "Una empresa nos ha montado la estructura y ahora falta que todos los proveedores nos traigan las bebidas, las barras, las neveras y parte del menaje, como la cocina, los griles, los microondas", explica López. Sin embargo, gran parte de este trabajo lo realizan los voluntarios de la propia cofradía. "Estamos aquí todo el día, por turnos", explica López. Abren el sábado, así que apurarán, hasta "el viernes por la noche", señala López.

Una semana clave de ventas para la que ya se preparan los negocios de la hostelería. En las puertas traseras de la mayoría de bares se amontonan decenas de cajas con las que se preparan para abastecer a la intensa demanda y resulta difícil no encontrarse con algún repartidor recorriendo apresuradamente con carretillas todas las calles del centro.

"La Feria es es la semana más gorda de trabajo que tenemos en el año", afirma el responsable del almacén de Café Central, Francisco Escobar. "No se empieza a trabajar el mismo día de la Feria, sino que una semana antes ya empezamos a hacer balance del año anterior y, en función de eso, vamos pidiendo mercancía", explica. "Hay que preparar desde el mismo hielo y hierbabuena a todo tipo de bebidas, tanto alcohólicas como sin alcohol, y a la comida que tendremos que preparar esos días", comenta Escobar. "Hay que tenerlo todo en cuenta", concluye.

Para hacer frente a la incesante demanda de bebidas durante la Feria del Centro, en estos días las empresas de distribución ya empiezan a abastecer a todo el sector de la hostelería. "Lleva un despliegue humano bastante importante porque esto se está vendiendo con antelación desde el 16 de julio a todos los clientes del Centro y del Real", explica el responsable comercial de la empresa de distribuciones Geve, Carlos Sánchez, una empresa que cuenta con un almacén desde el que distribuyen Cartojal a toda la ciudad y para el que esta semana es "la más fuerte del año", especialmente en el Centro Histórico. Sánchez comenta que ese almacén se llena a diario con más de cien palés. Solo en este, se cuenta son seis trabajadores de refuerzo exclusivamente para llevar el ritmo del mes de la Feria: "En unos 15 o 20 minutos, el cliente tiene la mercancía allí", explica Sánchez.

Enrique Doncel es estudiante pero lleva seis veranos trabajando como repartidor durante el mes de agosto para cubrir la distribución del período de Feria. Con el esfuerzo de ese intenso trabajo, se paga la carrera. Doncel comenta que son días en los que tienen que hacer este incesante trabajo con mucha rápidez, con "mucha bulla" a pesar de encontrarse las "calles aglomeradas de gente" y que, por ello, asegura que, ante este estrés, "lo importante es el compañerismo". Un ritmo que se mantienen durante toda la jornada: "Aquí llegamos a las nueve de la mañana y terminamos a las nueve de la noche", explica Sánchez. "Son diez días de Feria que le vienen muy bien a la ciudad", concluye Sánchez.

La seguridad también se reforzará durante esa semana con 1.000 policías más. Para ello, también se extremarán las medidas preventivas con controles para evitar la entrada con objetos peligrosos, como las botellas de vidrio, y evitar la venta de bebidas sin autorización y a menores. Además, para cerrar el paso a las calles principales, se volverán a colocar bloques de hormigón, jardineras y vehículos policiales. Un refuerzo que también se aplicará a las carreteras con la organización del tráfico por la Guardia Civil, así como radares para vigilar la seguridad y controles de alcohol y drogas.

Durante todos esos días, la Feria del Centro volverá a terminar a las 18.00 horas, aunque la música continuará dentro de los bares y establecimientos. Una medida que tiene como fin respetar el derecho al descanso de los vecinos residentes en la zona y que los servicios de limpieza puedan llevar a cabo su trabajo y mejorar la presencia de las calles, que a la mañana siguiente recibirán a otros miles de visitantes.