­Esta cuarta jornada de feria tenía sabor de domingo, de ambiente fiestero y de ganas de pasarlo bien. Al menos, eso es lo que se dejó entrever entre bailes y cantes en el corazón de Málaga. No importan las altas temperaturas o los rayos de sol que se cuelan, aquí es Feria y hay que disfrutar. El reloj va pasando y la hora de terminar se acerca, pero, ¡que nadie se mueva! que la fiesta sigue y hoy no hay que trabajar. Sólo es Feria una vez al año y hay que disfrutarla.

No sólo lo saben los malagueños que tienen esta cita más que planificada en el calendario desde meses antes, también los extranjeros que visitan la ciudad son incapaces de no unirse a la atmósfera de luz y de color, como bien decía Marisol, que desprende la Plaza de la Constitución.

De nuevo, los protagonistas del centro vuelven a ser los lunares, las flores y el Cartojal, que es la bebida por excelencia en los próximos días en la que es la Feria más larga hasta el momento. Aunque no hay uniformidad en las opiniones, el ambiente festivo demuestra que hay ganas de fiesta y que los malagueños llevan esperando la semana grande durante mucho tiempo.

Desde Argentina, Suiza, Alemania o Inglaterra, llegan a Málaga a ver la ciudad y conocer sus tradiciones, su comida y bebida y, de paso, de sus fiestas. Nadie sabe que son las fiestas patronales, pero a nadie le importa ni molesta, más bien al contrario. Poseidos por el espíritu que se respira en el ambiente, se mezclan entre la multitud ya preparados con abanicos y flores.

Desde Argentina, Suiza, Alemania o Inglaterra, llegan a Málaga a ver la ciudad y conocer sus tradiciones, su comida y bebida y, de paso, de sus fiestas. Nadie sabe que son las fiestas patronales, pero a nadie le importa ni le molesta, más bien al contrario. Poseídos por el espírito que se respira en el ambiente, se mezclan entre la multitud ya preparados con abanicos y flores.

En la jornada de ayer no importaba el idioma, solo la actitud y las ganas de pasarlo bien. Como si todos fueran malagueños, entre vasos de Cartojal y sevillanas al más puro estilo andaluz, la Feria de la ciudad acogió a todo aquel que la visita cada año a conciencia o por primera vez.

Este domingo con sabor a sábado, estuvo marcado por los himnos de siempre, los que nos acompañan a lo largo de los años y que no tienen edad, solo recuerdos cada vez que los entonamos. Desde el I will survive de Gloria Gaynor, hasta Costa Sur y su Ali Ali oh, coreada por todos los presentes, seguida de La primavera trompetera, de Los Delinqüentes y Los Barrieros, canción por la que más de uno pierde la poca voz que tiene tras estos primeros días de la que será una fiesta interminable.

A estas canciones, se unen las pandas de verdiales que, arropados por una multitud que no pierde detalle, muestra el arte más puro y de la tierra. A pocos metros, también entre decenas de personas, el flamenco inunda la calle Larios. ¡Por ahí no hay quien pase! Nadie se mueve un ápice de su lugar mientras las bailaoras hacen resonar en el escenario sus pasos y alzan sus manos hasta casi tocar el cielo.

Este tercer día ya ha pasado, pero seguro que ha dejado recuerdos inolvidables para muchos. Aun queda Feria por vivir, rodeados de las mismas personas y de las nuevas que vienen cada día a empaparse de una de las costumbres más bonitas de Málaga.