Todo aquel que ha pisado la Feria de Málaga se ha visto obligado a plantearse una polémica pregunta, y decimos polémica porque la decisión que le sigue ha podido enfrentar a los más grandes amigos o a los más queridos familiares: la Feria de día, ¿en el Centro o en el Real?

Una sencilla cuestión que puede traer consigo calma, si todos coinciden en la respuesta; o tempestad, cuando el grupo queda dividido entre los que se oponen rotundamente a pasar el calorcillo propio de estas fechas entre la calle Larios y la plaza de la Merced y los que imploran no tener que desplazarse hasta las afueras para disfrutar del ambiente festivo.

El Centro de la ciudad ha sido el escenario principal de la Feria de Día desde tiempos inmemorables. Sus calles adornadas con coloridas flores y guirnaldas, la voz flamenca que sale de aquella singular plaza, el tradicional vestido de gitana de esa chica que pasea por la calle Granada... Todo ello invita a cualquier viandante a adentrarse en esta singular fiesta. Pero desde hace años la situación está cambiando y cada vez más gente abandona la tradicional Feria de Día en el casco histórico para irse a disfrutar de la Semana Grande en el Cortijo de Torres, pero ¿por qué? El desesperante bullicio y la tremenda suciedad que, desgraciadamente, caracterizan el centro los días de feria, han sido unos de los principales motivos. «En el Centro hay calles por las que no puedes ni pasar debido a que la gente hace sus necesidades allí y eso da muy mala imagen para aquel que venga de fuera. Una cosa es la Feria, y otra cosa, esto. Se puede disfrutar de la Feria sin llegar a estos extremos y sin dañar nada», comenta Ricardo, un vecino de la zona.

El Cortijo de Torres no tiene mucho que envidiar al centro de Málaga, al menos durante la Feria. Paco Flores es socio de La Solera, una de las peñas que en estos días montan su caseta en el Real. Paco rebosa optimismo y ve con muy buenos ojos el ambiente de feria que viste al Real. «El ambiente en el Real durante la Feria de Día está siendo mucho más animado desde hace unos años. Parece ser que la gente está abandonando el centro y se está viniendo al Real, que es lo suyo, para eso es el Real de la Feria. Pienso que la gente se ha dado cuenta. En el centro de Málaga las calles son muy estrechas, por lo que se llenan muy pronto. Hay mucha gente ebria y el botellón ocasiona muchos problemas, y a la larga eso tiene consecuencias».

Para intentar que cada vez sean más los que opten por la Feria del Real, las distintas casetas intentan atraer clientes ofreciendo bebida y comida gratuita: «Para atraer a la personas y que vengan les invitamos a diferentes tipos de comida y bebida, para que la gente disfrute que, al fin y al cabo, ése es el propósito de la Feria, que el malagueño y todo aquel que venga a nuestra feria disfrute. Indistintamente, hay quien da más y hay quien da menos pero todos intentamos obsequiar con algo para que todo el mundo se lleve algo de la Feria», cuenta Agustín, encargado de la caseta Sensui.

A pesar de la escasa afluencia de guiris en el Recinto Ferial, sí que es verdad que la presencia de locales y turistas españoles ha crecido en estos últimos años (aunque estos opten por pasar los días de Feria en las casetas más conocidas). Tanto los peñistas como los vendedores ambulantes y feriantes han coincidido en que la Feria de Día en el Real cada vez está más concurrida; de hecho, Agustín también comenta: «La Feria de Día en el Real cada vez está creciendo más, entre un 15 y un 20% de crecimiento. Llevamos cerca de 17 años cuando en la Feria de día no trabajaba prácticamente nadie y ahora todo es diferente».

Los peñistas han dejado claro su punto de vista, manifestando en todo momento su preferencia por el Real, un lugar para ellos perfecto y el «verdadero recinto de la Feria». Además, señalan que la esencia de la Feria se encuentra en este lugar, «Lo suyo es luchar por un Real. El Centro también tiene su parte buena, no le quito mérito. Tiene cosas como la calle Larios, la plaza de la Marina, que son emblemas de la capital y de la Feria, pero el control es menor que en el Real, donde está todo más preparado. En el Real está el ambiente típico de feria y tenemos que apostar por esto, por nuestras costumbres, nuestros bailes, nuestras comidas... Eso es la verdadera Feria».

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La Feria de día también se vive en el Real