Para que unos puedan estar de juerga otros han tenido que trabajar duro y echar mano de la paciencia imprescindible para poder escalar el muro burocrático además de hacer frente a una considerable inversión. Para que algunos vivan la Feria otros han tenido que mover cielo y tierra para que su caseta vea la luz. ¿Quieren saber lo que hay que hacer para que usted disfrute una noche del Cortijo en cualquier caseta? Lea...

El primer paso para materializar la caseta supone lograr los permisos imprescindibles que requiere el Ayuntamiento (semejantes a los necesarios para abrir cualquier negocio), como la licencia de apertura, el proyecto de un aparejador, planes de evacuación para bomberos, seguros de responsabilidad civil y un largo etcétera.

Además de «los papeles que hay que arreglar con Cultura y Festejos», explica el responsable de Márketing del grupo Mahou-San Miguel, Miguel de Hoyos. «Se va el dinero, solo en papeleo» asegura el presidente de la Peña La Solera, Paco Flores, puesto que solo «para arrancar la caseta» es necesario entorno a 1.800 euros además de pagar previamente al Ayuntamiento los suministros (luz y agua) que supuestamente se consumirán durante Feria y cuya cuantía ronda los 600 euros.

Un trabajo costoso en todos los sentidos que en algunas ocasiones resulta en vano si no se logra finalmente la licencia, como explica el encargado de Sensui, Agustín (quién explota la caseta a nombre de una asociación) ya que tras 17 años solicitando una caseta aún no se la han concedido. Respecto a esta cuestión uno de los socios de la caseta Treinta y tantos, Alberto Mateo, denuncia que «las casetas no deberían ser propiedad de nadie» puesto que, según explica, algunas se realquilan al precio que fije el titular, lo que supone que «mucha gente pierda dinero».

No todos los locales juegan en la misma liga y es que las posibilidades económicas del propietario y la razón de ser de la caseta determina en muchas ocasiones la viabilidad de ésta. En el Cortijo de Torres, algunas casetas pagan un alquiler al titular de la licencia para poder explotar el local, otras son de peñas, de asociaciones, de sindicatos de estudiantes y de discotecas.

Por este motivo, no todas pueden realizar la misma inversión económica ni hacer frente con las mismas condiciones al horario estipulado para la apertura diaria impuesto por el Ayuntamiento. «Hemos llevado una batalla constante con el Ayuntamiento por imponer la apertura a las 12 de la mañana», denuncia la presidenta de la caseta del Sindicato de Estudiantes, Ainhoa Murcia, puesto que para las asociaciones y peñas supone inviable contar con trabajadores que cubran esos horarios.

Con el fin de otorgar mayor protección a los trabajadores el Ayuntamiento ha lanzado una nueva medida para solventar un problema habitual en años anteriores: algunos propietarios declaraban a sus trabajadores como socios para esquivar la necesidad de asegurarlos, afirma Alberto. Añade la presidenta del sindicato: «algunos empresarios no tienen problema en contratar a más gente porque lo hacen en condiciones ultraprecarias». Porque para que usted se divierta, otros tienen que trabajar, sí, y siempre deben hacerlo en las condiciones justas y dignas.

Por otro lado, la inversión económica depende directamente de las posibilidades de cada propietario y la finalidad de la caseta. Mientras que algunas hacen una inversión relativamente mínima (los gastos necesarios para cubrir licencias y avituallamiento básico), como es el caso de asociaciones y peñas, otras, por el contrario, necesitan realizar una considerable inversión económica. Es el caso de la caseta Sensui, que en esta Feria han necesitado 80.000 euros para remodelar su local al completo ya que «la competencia viene fuerte», nos explicó su gerente, Agustín. Y no crean que éste es un negocio rápido, de dinero veloz: las inversiones considerables, como la de Sensui, se recuperan en unos cuatro o cinco años.