De reciente aparición, "Nueva York, the complete guide to latino life in the five boroughs" es un esfuerzo editorial sin precedentes por dar a conocer todos los rincones con latido hispano en la llamada ciudad de los rascacielos.

Un pálpito que se escucha cada vez más fuerte por el flujo de inmigrantes; de acuerdo con el censo federal, en 2005 los latinos ya suponían el 28 por ciento de la población de Nueva York, donde se han convertido en la primera minoría urbana.

Según dijeron a EFE sus autores, la dominicana Carolina González y el norteamericano Seth Kugel, el libro trata de arrojar luz sobre esa comunidad, que no deja de crecer y es vecina pero aún desconocida para el resto de seis millones de neoyorquinos.

"Había amigos que me preguntaban ¿dónde puedo encontrar un buen restaurante ecuatoriano?. Ese tipo de preguntas son las que nos hicieron escribirlo", explicó Kugel, de origen judío y especializado en la información hispana en la prensa local.

"La gente cree que los latinos son algo lejano pero lo cierto es que están a la vuelta de la esquina", añadió.

Kugel, que nació en Boston pero aprendió el español en El Bronx, considera que el idioma sigue siendo la mayor barrera entre la hispana y las otras tres comunidades de la ciudad: anglosajona, afroamericana y asiática.

"Hay quienes tienen miedo a entrar, por ejemplo, en un local colombiano. Piensan que no les van a entender porque ellos no hablan español y allí no hablan inglés" afirmó el periodista, colaborador de "The New York Times".

"Cuando nos hacían ese tipo de preguntas nos dimos cuenta de que no existía una guía latina de la ciudad", apunta Carolina González, nacida en Manhattan de padres dominicanos y como su compañero experta en la actualidad hispana.

"La gente de Nueva York vive en departamentos estancos", subrayó González, colaboradora de "The Daily News" y que comentó que "muchos ven como una novedad los productos latinos cuando en realidad los pueden encontrar en su misma ciudad".

Escrito en inglés para el mercado anglosajón, el libro es un exhaustivo recorrido por la cultura hispana que subyace en todos y cada uno de los cinco condados neoyorquinos; Manhattan, el Bronx, Brooklyn, Queens y Staten Island.

En el relato aparecen los teatros y museos latinos del Bronx, de mayoría puertorriqueña y dominicana, y las tiendas y librerías hispanas de el Barrio de Harlem, donde más que nada predominan puertorriqueños y mexicanos.

También reseña los locales de salsa en el Lower East Side, que sus vecinos puertorriqueños han rebautizado "Loisaida", y de merengue en la dominicana Washington Heigt.

Tampoco faltan los nombres de restaurantes y clubes para comer tacos o bailar cumbias en Jackson Heigth y Corona en Queens, donde se han establecido sobre todo colombianos, ecuatorianos, peruanos y argentinos y centroamericanos.

"Nueva York ha cambiado mucho con la ola latina", resalta Gonzalez, que recuerda que tras los puertorriqueños -los primeros en llegar y aun los mas numerosos- fueron los dominicanos quienes hicieron acto de presencia en la década de los setenta.

"En aquellos años estaba mal visto hablar español, en el colegio se castigaba a los niños que no hablaban ingles" preciso, y agregó que fue la migración de centroamericanos y sudamericanos lo que acabó por transformar después a Nueva York en "una ciudad bilingüe".

"Ahora hay anuncios en español por todos lados y -dijo- son los (norte)americanos quienes aprenden español por razones económicas, para poder penetrar en el mercado hispano".

Y acotó: "a quien quiera conocer ese Nueva York todavía desconocido, el hispano, nosotros lo que le proponemos es llevarle de la mano, como un lazarillo".