Las tres mujeres han aceptado la pena después de que su defensa llegara a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Madrid, que ha calificado los hechos como constitutivos de un delito continuado contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.

De estas tres procesadas, Mónica Marcela G.G y Ana Lucía C.P.

trabajaban en los servicios de limpieza de Barajas, mientras que María Diana S.O. lo hacía en el reparto de folletos publicitarios en las tiendas de las terminales, estando todas ellas "en poder de una tarjeta magnética que permite la apertura de todas las puertas del aeropuerto, incluidas las de la terminal 4".

Las tres entraron en contacto con José Dorel Z.A., que previo pago de cantidades superiores a los 6.000 euros "se encargaba de gestionar la entrada en España de ciudadanos colombianos que no podían conseguir el correspondiente visado", tarea en la que era ayudado por su compañera sentimental, Dora María O.E., que desconocía que los demás cobraran dinero por lo que hacían.

El modo de actuar era el siguiente: compraban un billete de avión entre Bogotá (Colombia) y Tel Aviv (Israel) con escala en Barajas, donde los pasajeros se ponían en contacto telefónico con José Dorel y esperaban en la T-4 hasta que eran sacados de la misma sin pasar los controles policiales por las tres trabajadoras del aeropuerto.

Los pasajeros entregaban allí mismo 1.500 euros a Mónica Marcela, Ana Lucía y María Diana, que se quedaban con parte del dinero y entregaban el resto a José Dorel.

Según la sentencia, Ana Lucía sacó por este método a tres pasajeros, María Diana a 34 y Mónica Marcela a siete.

Además de ellas, José Dorel ha sido también condenado a cuatro años y medio de prisión, mientras que a su compañera Dora María se le ha impuesto una pena de dos años de cárcel.