Del hotel Packard hoy sólo queda un escuálido muro encarado con el castillo del Morro y amparado por unos andamios que parecen sujetar su estructura para que no se desmorone sobre la entrada del paseo del Prado, en el centro de La Habana.

Las historias sobre proyectos para recuperar un establecimiento que vivió sus momentos dorados antes del triunfo de la revolución han corrido de boca en boca durante años en la capital cubana, pero parece que, ahora, la resurrección del Packard puede hacerse realidad.

Al menos, esa es la intención de la compañía turística española Iberostar, según explicó a Efe su presidente, Miguel Fluxá, quien se encuentra estos días en La Habana junto al arquitecto encargado de las obras de ampliación del Museo del Prado de Madrid o de levantar la catedral de Los Ángeles.

Con una inversión, que, según Fluxá, aún es "difícil" de saber, por el aumento de los costos de materiales como el cemento o el acero, el hotel Packard tendrá al menos 300 habitaciones y será "por la localización que tiene" un proyecto de "mucha calidad y de lujo".

"Entendemos que es lo que merece esta ciudad y lo que nosotros tenemos proyectado dentro de esta organización", agregó, al señalar que esperan su conclusión en un plazo "de tres años, máximo cuatro".

Fluxá se vino a pasear por la capital cubana con Moneo para que el premio Pritzker de 1996 "esté en contacto" con Cuba y "vea lo de bueno y lo de malo que tiene este país, sobre todo lo mucho de bueno que tiene".

El objetivo final es que el arquitecto tudelano "haga los diseños y toda la obra" del hotel y para ello Moneo "quiere ver el entorno, que es lo que está haciendo estos días, ver la ciudad, y ver las posibilidades de hacer un desarrollo" de la obra.

Con 71 años y batallas para adaptar a los tiempos el Museo de Arte Romano en Mérida; levantar en Venecia el nuevo Palacio del Cine o construir el Museo de Arte Moderno en Estocolmo, Moneo parece haber captado la esencia habanera.

El miércoles impartió una conferencia en la que repasó las razones, motivos e ingenios para acometer la restauración de edificios históricos, insertar una nueva obra civil en un entorno histórico o ampliar la mayor pinacoteca española.

Fluxá confía en que, con el arquitecto navarro al frente y una vez el proyecto esté definitivamente perfilado, las obras comiencen en el plazo de alrededor de "siete u ocho meses".

"Los plazos a veces en este país no son los plazos que uno quisiera, pero veo un cambio dentro de la administración cubana en este sentido", señaló.

Iberostar ya ha construido hoteles en Varadero, el polo turístico más importante de la isla, situado a unos 150 kilómetros de La Habana y en la ciudad colonial de Trinidad, en la provincia de Cienfuegos, en el centro-sur de la isla.

Según el presidente, eso le ha dado a la compañía "una experiencia importante" en trabajar con el Ministerio de Construcción cubano que pueda ayudar en este proyecto.

Además, Fluxá anunció que Iberostar ya planea otro proyecto para abrir un hotel en la playa de Trinidad.