La exposición ´Un Centro con historia. Excavaciones arqueológicas en la calle Alcazabilla´ intenta explicar la evolución del Centro de Málaga desde mediados del siglo XIX hasta la mitad del XX, un periodo que comprende desde el progreso industrial de la ciudad hasta el final del franquismo. Diez paneles con imágenes antiguas y textos hacen vivir o revivir al espectador los años en los que comenzó a fraguarse la Málaga moderna. Las imágenes podrán verse a diario hasta que terminen las investigaciones arqueológicas, según informaron durante la inauguración los directores de las excavaciones, Manuel Corrales y Carmen Peral. Al acto también acudieron el delegado provincial de Cultura de la Junta de Andalucía, Francisco López, y el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento, Manuel Díaz. Díaz apuntó que los ciudadanos disponen de "visitas guiadas en grupos a través de la muestra y de las excavaciones que se desarrollan".

Viejas leyendas. Uno de los principales atractivos de la exposición, además de servir como punto de inflexión para el futuro urbanístico de la ciudad, es su poder de fascinación para los más pequeños gracias a la maqueta gigantesca de un pulpo. El animal es una referencia, según el propio Corrales, a "la historiografía clásica" y a una leyenda sobre un pulpo gigante de Plinio el Viejo.

La función de ´Un Centro con historia´ es contextualizar las excavaciones y dar cuenta de los enormes cambios urbanísticos que ha sufrido la ciudad. Además de la visión arquitectónica, algunas fotografías sirven como testimonio social de unos tiempos en los que Málaga vivía la revolución obrera y, al mismo tiempo, era una ciudad balneario con edificios espectaculares. Un tiempo que se fue y que sirve de referente para el futuro.