La carrera comenzó a las 8 en punto con la salida de la manada desde los corrales de Santo Domingo encabezada por los cabestros y a un ritmo muy rápido. Los toros, que cerraban el grupo, miraban a izquierda y a derecha mientras subían la cuesta, pero lo hicieron de forma limpia, sin embestir a los mozos.

Una vez en la plaza del Ayuntamiento, la manada arrolló a un mozo que no podía seguir el ritmo de los animales. El grupo volvió a arrollar a numerosos mozos en Mercaderes, donde varios corredores se habían situado a la izquierda de la curva en lugar de a la derecha, como es habitual.

A partir de Mercaderes, un toro negro se puso por delante del resto de sus hermanos y ofreció carreras preciosas a los mozos, que corrieron muy cerca de las astas. Por detrás, el grupo estaba encabezado por los cabestros, hasta que los toros apretaron y se pusieron por delante.

Al final de la calle Estafeta los seis toros se volvieron a hermanar y justo en ese momento, a la entrada de Telefónica, un toro se resbaló y se quedaría descolgado de sus hermanos hasta el final de la carrera. El animal miraba a los mozos que le citaban para guiarlo hasta la Plaza de Toros y avanzaba muy despacio y girándose constantemente, derrotando a izquierda y a derecha.

El momento más peligroso se vivió en la bajada al callejón, cuando el animal embistió contra uno de los pastores que trabajan a su cola para intentar facilitar la llegada del toro a la Plaza de Toros. El pastor se encontraba a la izquierda del vallado y contó con la ayuda de varios mozos y pastores para llamar la atención del toro.

No obstante, según las primeras informaciones, no hubo incidentes de gravedad en este tramo, pese a lo peligroso de la situación, y el toro fue conducido finalmente con éxito hasta los chiqueros de la Plaza de Toros, donde se encontraban ya los otros cinco bureles.

Las reses serán lidiadas a las 18.30 horas por los diestros El Cid, Sebastián Castella y Miguel Ángel Perera.