Desde hace ya quince años la casa del número doce del Carril de la Milagrosa, en la barriada del Palo, se decora con motivos típicamente malagueños para recibir a la Virgen del Carmen, cuya festividad se celebra hoy. Los vecinos la denominaron ´La casa de los abanicos´ porque su propietario, Miguel Sánchez, la ha ´vestido´ con una abundantísima cantidad y variedad de estos complementos. Aunque nació en El Molinillo, Sánchez lleva muchos años viviendo en El Palo y se siente paleño por los cuatro costados, especialmente desde que decidió engalanar su casa, una costumbre de la Málaga de antaño que él ha decidido recuperar, para, además, hermanarse con sus vecinos. Un reflejo de tanta devoción que ha terminado modificando el recorrido de la comitiva, que desde hace años ya no puede dejar de pasar por esta particular residencia.

Y es que para Miguel, el 16 de julio es, sin duda, su día grande. La patrona de los marineros pasará parándose en su casa y mientras ésta se mece, desde su terraza él le brindará el momento con una salve, una petalada y los gritos fervorosos de un hermano que la espera desde hace tiempo. Pero antes de que llegue ese momento, Miguel Sánchez y su mujer siempre reparten bebidas gratis a los vecinos y portadores. "Muchos creen que esto es un bar; incluso entran en la casa pidiendo cosas", comentó el malagueño, quien asegura gastarse casi 3.000 euros en refrescos para ofrecer a las personas que ´procesionan´ por su inmueble.

Este año, por supuesto, Sánchez no se ha olvidado de colgar los abanicos pero ha añadido un ´extra´: una red pesquera. Un día, le hizo la petición a un pescador en el Palo y éste se la terminó regalando. Ahora luce en su fachada, con peregrinas, mejillones y todo tipo de mariscos colgados y que fueron recopilados durante seis meses. Completan la decoración cuatro imágenes de la Virgen del Carmen (tanto del Palo, de la que es hermano, como de Pedregalejo), un timón y un ancla traídos desde Cuba, ya que Miguel visita todos los años la isla para donar medicinas, ropas y material que recoge entre vecinos y amigos.

La casa de Miguel Sánchez se ha convertido ya en todo un icono de Málaga; por eso la mantiene decorada hasta el final de la Feria de Agosto. Hasta los turistas van expresamente a fotografiarla.