Las pruebas de ADN en sus tejidos revelan que los restos, localizados cerca de la ciudad de Yekaterinburgo, en los Urales, pertenence al príncipe Alexei, de 13 años, y a su hermana María.

Los bolcheviques ejecutaron al zar y a su familia en 1918 en los sótanos de un mercado de esta ciudad, situada a 1.450 kilómetros al este de Moscú. Pese a los intentos de destruir los cadáveres, finalmente fueron enterrados en una fosa.