Las dietas bajas en hidratos de carbono y las dietas mediterráneas podrían ser tan seguras e incluso más eficaces para bajar peso que la dieta baja en grasas estándar que recomiendan los médicos, según un estudio internacional dirigido por investigadores de la Universidad Ben-Gurion del Negev en Beersheba (Israel). Los resultados del estudio se publican en la revista ´New England Journal of Medicine´.

En el estudio, elaborado durante dos años, participaron 322 personas con obesidad que fueron controladas y asignadas de forma aleatoria a una de tres dietas: una baja en grasas con calorías restringidas a consumir, una mediterránea que restringía las calorías y motivaba un consumo elevado de fibra y grasas saturadas y monoinsaturadas; o una baja en hidratos de carbono con menos hidratos de carbono, grasas rápidas, proteínas y colesterol. Las que seguían esta última no tenían un consumo restringido de calorías.

Comparativa. Aunque los participantes disminuyeron su consumo diario de calorías de forma similar, la pérdida de peso después de dos años fue de 2,9 kilogramos en la dieta baja en grasas en comparación con 4,4 en la mediterránea y 4,7 en la baja en hidratos de carbono.

Según explica Iris Shai, director del estudio, "estas tasas de reducción de peso son comparables a los resultados de los fármacos prescritos por los especialistas para adelgazar".

La dieta baja en grasas redujo la tasa de colesterol total en relación al colesterol HDL, el bueno, en un 12 por ciento, mientras que la dieta baja en hidratos de carbono mejoró esta misma tasa en un 20 por ciento. Los lípidos mejoraron en mayor medida en la dieta baja en hidratos de carbono, con un 20 por ciento de aumento en el colesterol bueno y un 14 por ciento de disminución en los triglicéridos. En todas las dietas mejoraron los marcadores biológicos inflamatorios y del funcionamiento hepático. Sin embargo, entre los participantes diabéticos, la dieta baja en grasas estándar aumentó los niveles de glucosa rápida en 12 mg/dL, mientras que la dieta mediterránea condujo a una disminución de los niveles de glucosa rápida de 33 mg/dL.