Pere Ara, director de la Escuela de matemática "Lluis Santaló" que se desarrolla durante esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, ha reconocido en conferencia de prensa que las matemáticas son una disciplina que puede resultar "farragosa" para un alumnado que, en líneas generales, "si puede pasar haciendo menos no duda en hacerlo".

"No es un fallo de los estudiantes, sino del sistema", afirma Ara, quien, al igual que Fernando Lledó (Universidad Carlos III de Madrid) y Francés Perera (UAB) subraya que hoy en día los alumnos, apoyándose en Internet, cuando se enfrentan a un problema matemático "buscan la solución inmediata sin preocuparse por alcanzarla por sí mismos".

No obstante, los tres matemáticos han destacado que los españoles que se dedican profesionalmente a las Matemáticas lo hacen con "muy buenos resultados". En este sentido, Perera sostiene que "el nivel de España ha subido considerablemente en los últimos años, hasta ser un país líder en Matemáticas".

Sin embargo, en cuanto a "reconocimiento social" de los profesionales, Perera señala que "aún se está lejos" de países como Francia, China o Japón, donde el estudio de esta disciplina está "más valorado".

Lledó compara las matemáticas con la música y hace hincapié en que por mucho que se estudie o se atienda a las explicaciones de los docentes "se necesita mucha práctica", porque, a su juicio, "por mucho que uno se fije es igual de difícil resolver problemas matemáticos que tocar el piano".

"Para las matemáticas no sólo se necesita aptitud, también requiere actitud", resume Pere Ara y destaca que una vez que se "interioriza" el conocimiento "se le coge gusto".

Ese gusto por las matemáticas es el que comparten los alumnos de doce países que participan en la Escuela "Lluis Santaló" que durante estos días asisten a ponencias relacionadas con las "Álgebras de operadores: un campo interdisciplinar".

Se trata de un área de investigación que, según explica Ara, tiene su origen en los trabajos de John von Neumann, "el mayor genio matemático del siglo XX", que principalmente se dedicó a las álgebras de operadores que, combinando métodos algebraicos y analíticos, permiten el análisis matemáticos de los procesos de la física cuántica.

Preguntados por la aplicación práctica de esta disciplina, los tres matemáticos coinciden en señalar que "no se debe pensar en un beneficio inmediato, sino que es un caldo de cultivo que a la larga producirá beneficios".