A ciegas´, dirigida por Fernando Meirelles, ha convencido al premio Nobel portugués, a pesar de que manifestó que no le gustaba el título escogido.

-Cuando le propusieron la adaptación, ¿le gustó la idea?

-Cuando terminé ´Ensayo sobre la ceguera´ tuve la conciencia inmediata de que con esa novela empezaba algo diferente, nuevo, en mi trabajo literario. Curiosamente, y aunque siempre he sido renitente a adaptaciones, comprendí enseguida que esa novela había nacido para ser adaptada al cine por el tema, pero pensaba que si caía en manos de productores norteamericanos podría ocurrir que sus intereses no coincidieran con los del autor. Eso me llevó a rechazar muchas propuestas, sobre todo de EEUU. En esa estábamos, rechazando, cuando aparecieron los canadienses, que finalmente han hecho la película. La decisión que tomé, hoy lo veo claro, fue sensata y equilibrada. Confié en mi instinto. No conocía a las personas, pero me gustaron, por la naturalidad, la sinceridad que mostraban... Así que sin más, les entregué la novela.

-¿Qué le ha parecido la película? ¿Es fiel a su libro?

-Con independencia de que la película está basada en un libro mío, me ha parecido magnífica. Respetuosa con el texto tanto en la fotografía como interpretación... Pero sobre todo como producto independiente. A Meirelles le dije que tenía libertad y así ha sido: igual que no permito que nadie interfiera en mi trabajo, tampoco interfiero en el trabajo de otros. Como producto fílmico, me parece magnífico en todo: fotografía, dirección, actores, banda sonora...

-¿Qué impresión tuvo al ver que sus personajes tenían un rostro, distinto, claro, al que usted imaginó durante la creación de la novela?

-Yo nunca le pongo rostro a mis personajes. Si hay información sobre su físico, son cosas mínimas, no pierdo el tiempo describiendo a los personajes, de modo que los actores que han participado podía ser otros. No hemos buscado tipos que correspondieran a los personajes del libro, se han buscado buenos actores para interpretar los papeles de la película.

-¿Qué habría cambiado del filme?

- Eso es lo mismo que si alguien me preguntara qué añadiría o quitaría a la novela.... Las cosas son lo que son y el juicio es a la totalidad, no a partes. Lo que cuenta es la coherencia de la narración. No le quitaría ni añadiría nada.

-¿Sigue teniendo vigencia su novela casi 20 años después de su publicación?

-Esta novela podría haber sido escrita en cualquiera momento. El mundo no es tan diferente a hace 20 años. El mundo no es bueno; él no tiene la responsabilidad, pobre mundo, somos nosotros los que no somos buenos. El ser humano se comporta como un animal enfermo de supersticiones, de rutinas, prejuicios, de los que parece que no somos capaces de liberarnos. Fernando, en cualquier momento de la historia, podría haber hecho la película y yo escribir la novela.

-¿Le gusta el cine actual?

-Hay un cine de consumo mayoritario y banal, pero hay buena historias, claro que sí. Quizá ese cine de calidad no esté tanto tiempo en cartelera. Quizá interese menos que el cine de calidad esté en cartelera. Quién sabe.

-¿Ha tenido más propuestas de adaptaciones que haya rechazado?

-Todas mis novelas han tenido propuestas de adaptaciones, algunas más de veinte propuestas... De Irán hay propuestas muy, muy interesantes.