ZonaZine hacía ayer honor a su carácter independiente con ´Ramírez´, una cinta de Albert Arizza en la que queda patente el bajísimo presupuesto disponible, apenas 50.000 euros. Así lo dejaba claro su productora Monika Goyanes en el pase de prensa posterior a la proyección de las andanzas de un ´sex killer´ interpretado por Cristian Magaloni.

"Ésta es una película realmente independiente", insistía Goyanes, quien destacó como fundamental la labor del director, que paralelamente desarrolló otras múltiples funciones como guionista, montador o responsable de la fotografía.

Pero si realmente es complicado hacer una película en estas condiciones, la distribución se torna en algo casi imposible. La solución en este caso puede ser muy novedosa, ya que se encuentran en negociaciones para que sea la primera película española que se pueda descargar gratuitamente y en alta definición a través de internet. "Estamos negociando un modelo que ya está dando buenos resultados en Estados Unidos y que se está exportando a Europa", indicaron.

Investigación. Con respecto al argumento, Arizza explicó que tuvo que realizar un intenso trabajo de investigación "para conocer el modus operandi de los estranguladores". Así, los múltiples crímenes que puede contemplar el espectador "están basados en hechos reales, aunque el hilo conductor es inventado". Todo menos el título, que está tomado de Richard Ramírez, un asesino en serie de Los Ángeles que durante los años 80 adquirió una gran fama "y para algunos se ha convertido incluso en un mito". Respecto al tratamiento de una cuestión tan espinosa, el realizador manifestó que en todo momento procuró que fuera "lo más científico posible.

También el protagonista, que estuvo acompañado por el resto de sus compañeros de reparto, Zoe Berritúa, Sara Martín, Olalla Escribano y Reyes Hiraldo (sólo faltó Geraldine Chaplin), tuvo que leer muchas entrevistas realizadas a asesinos en serie. "Me sorprendió sobre todo su frialdad y hermetismo; además de que hablaban con una gran naturalidad de atrocidades", reconoció Cristian Magaloni.

Frente a la crueldad puesta en práctica por Ramírez, la inocencia en la cinta la representa María, el papel que interpreta Sara Martín, y que no quiso leer el texto completo "para poder mantener su fragilidad" al no saber qué clase de persona era de la que se estaba enamorando.