En la décima edición del Festival, Tristán Ulloa presentó su debut como director, ´Pudor´, un filme muy aplaudido que sólo recibió un galardón, el de mejor actriz (Elvira Mínguez). Ayer, el actor acudió a la cita cinematográfica como protagonista de ´Un buen hombre´, thriller en el que encarna a un profesor de Derecho que se enfrenta a un gran problema ético.

-Lo que viene a representar su personaje es que no importan los principios sino las circustancias...

-Sí. Por lo menos para este personaje. Lo interesante era poner a una persona así en esa tesitura, alguien que en principio tiene clarísimo cómo juzgaría el que otra persona estuviese en esa situación y que se ve inmerso en ella. Entonces salta el otro rasero. En el momento en el que se plantea la duda entre la lealtad a su amigo o mantenerse fiel a la ética moral que predica, ya está traicionando sus principios.

-¿Le ayudó a componer el personaje el que fuese así: un católico de moral tan recta?

-Sí, pero hubiese sido menos interesante. Creo que en este país hay mucha gente así, que piensa en el mundo como una dualidad: lo blanco y lo negro, el bien o el mal, estás conmigo o contra mí... En ese sentido, por ejemplo, mire cómo la iglesia ha gestionado la culpa durante más de dos mil años. Han hecho un negocio de la hostia. La culpa es una moneda de cambio muy importante para este tipo de instituciones y sobre todo para determinado tipo de personas, que son casi integristas.

-Debe de ser difícil defender a un personaje que viene a justificar la acción de los amigos del asesino de Marta del Castillo...

-Como actor te toca defender a un personaje, pero no juzgarlo. No puedes decir: "Voy a interpretar a un cabrón". No, porque el apelativo no te toca a ti ponerlo. A ti te toca hacerlo, ponerte en su piel e intentar entender qué es lo que le llevó a hacer eso. Luego son los otros, una mirada externa, los que dicen: "Ése es un cabrón". Juzgar a un personaje no es una buena forma de abordarlo para interpretarlo.

-Es la primera vez que compite en Málaga como actor. ¿No cree que le restará puntos el haberlo hecho junto a Gutiérrez Caba?

-No, esto ni me lo planteo. Emilio es alguien del que se puede aprender mucho, no sólo a nivel interpretativo. La experiencia que tiene hace que le quite peso a muchas cosas, así que en ese sentido se aprende mucho. Tiene una forma de trabajar completamente distinta a la mía, pero funciona. Y tenerlo delante es como un frontón que te devuelve lo que le lanzas multiplicado por diez.

-Hace dos años vino como director con ´Pudor´. ¿No cree que se merecía más premios que el de mejor actriz a Elvira Mínguez?

-Hay una cosa que tiene este festival, que no sé si es intencionado o es casualidad, pero la apreciación que tengo es que es salomónico. Parece que hay necesidad de premiar o contentar a cuantos más mejor. Y eso tiene un peligro, que es que el premio pierda rigor o se deprecie. Pienso, sinceramente, que la película se merecía algún premio más. En aquel momento no lo sabía, porque no había visto el resto de películas que competían, pero hoy, cuando ya he visto las cintas de ese año, creo que algunos más se podía haber llevado. Pero, para mí, el mejor premio es estar trabajando, porque tal y cómo están las cosas...

-Pues justamente ahora las riendas del Ministerio de Cultura las lleva una mujer de cine. ¿Será esto bueno o malo a la larga?

-No lo sé. Estoy pensando en qué pasaría si los políticos entraran en el mundo del cine. En el caso de González-Sinde creo que hay que darle un voto de confianza. Es un poco pronto para juzgar y no sé si es un plato de gusto estar en su posición. Lo que está claro es que nunca nos vamos a ver en una como ésta. También es verdad que si hay un cambio por ahí arriba nos van a dar pero bien dado.

-Paz Vega está en Málaga para entregar el Premio Ricardo Franco a Gregorio Ros. Parece increíble que hayan desarrollado unas carreras tan distintas después de coincidir en ´Lucía y el sexo´...

-Gregorio nos maquilló a los dos en esa película, sí. La carrera de Paz me parece muy coherente con lo que es ella. Y no me voy a permitir juzgarla ni criticarla. Todo lo contrario: alabarla y darle la enhorabuena porque ha conseguido lo que ella quería.

-Vamos, que nunca se ha visto viviendo en Los Ángeles...

-Físicamente, y por otros muchos motivos, me veo más en Latinoamérica y Europa que en EEUU, donde hay mil como yo y que hablan mucho mejor inglés. Es más exportable un Banderas o un Bardem que yo.