Eduardo Grund (Málaga, 1968) se convirtió en fotógrafo gracias a un sabio consejo de su padre. "Con 8 ó 9 años mi sueño era hacer cine, querían que me regalaran un tomavistas pero mi padre me aconsejó que primero tenía que aprender fotografía y me regaló una cámara", comenta.

Su afán de aprendizaje, incluido el cuarto de baño de su casa, transformado en un improvisado cuarto de revelado, dio su fruto y hoy es uno de los fotógrafos malagueños más reconocidos.

Hasta el 30 de junio, expone en la sala Denis Belgrano la muestra ´Paisajes urbanos. Los anhelos de la Naturaleza perdida´, fruto de cuatro años de viajes por España y por Europa, aunque la exposición tiene un curioso nexo de unión: las huellas de la Naturaleza en el corazón de las ciudades.

"El ser humano tiende a rodearse de cosas que le recuerdan su estado primigenio para que le sirva de consuelo de vivir en las ciudades", destaca. De sus paseos por Ronda, Málaga, Berlín, Milán o la India ha sabido captar la ´llamada urbana de la Naturaleza´, inmortalizando osos disecados en supermercados finlandeses o imperiosos caballos de bronce sobre el cielo de Berlín y además, con el ´riesgo añadido´, confiesa el autor, de exponer en color y no en el ´sacrosanto´ blanco y negro. Con la ayuda del retoque fotográfico ha querido darles el aspecto de cuadros artísticos, "como los dibujos que hacían los naturalistas en el siglo XIX".

Eduardo Grund dice hacer sus fotos con el ojo izquierdo, pero en las instantáneas pone los dos ojos, los cinco sentidos y también su corazón, por ello, su naturaleza urbana está llena de arte y sentimiento.