La UAB ha informado hoy de que el biosensor está "basado en una enzima modificada genéticamente y una pequeña red de microelectrodos".

"Al trabajar con microelectrodos, el volumen de muestra necesario para hacer el análisis puede reducirse a unos microlitros, con lo que aumenta la seguridad y se facilita la eliminación posterior de los restos generados", según ha dicho el investigador del CSIC Francisco Javier del Campo.

Asimismo, "el sensor es especialmente adaptable a ensayos de campo con muchas muestras, porque pueden ser realizados con un equipo portátil y personal no especializado", ha añadido el catedrático de la UAB Antonio Pedro Villaverde.