El escritor mexicano Ignacio Padilla reflexiona sobre la pervivencia del animismo en la actualidad, centrado ahora en los objetos cotidianos, en su obra "La vida íntima de los encendedores. Animismo en la sociedad ultramoderna", galardonada con el segundo Premio Málaga de Ensayo.

"Todos experimentamos de una forma u otra la vida de los objetos, y no en las sociedades primitivas, sino en la sociedad de hoy, con los ordenadores, los automóviles o los calcetines. Seguimos queriendo y necesitando creer que tienen una vida propia, como un niño cree que una muñeca tiene vida propia", ha afirmado hoy en una entrevista con Efe Padilla.

En este trabajo, publicado por la editorial Páginas de Espuma, reflexiona "sobre la vida de los objetos, que generalmente se atribuye a los niños y a las sociedades pre-literarias o primitivas", pese a que él está "convencido" de que "en pleno siglo XXI seguimos pensando que los objetos están vivos".

Padilla, que recibe esta tarde el Premio Málaga de manos del alcalde de esta ciudad, Francisco de la Torre, ha acudido "a reflexiones vinculadas con el cine de animación, los robots y los androides y la persistencia de las casas embrujadas para demostrar que el animismo no es privativo de las sociedades primitivas".

"Vivimos en una época en la que se rechazan muchas cosas atribuyéndoles equivocadamente el nombre de supersticiones, y tendemos a rechazar el pensamiento mágico", ha dicho Padilla.

El escritor considera que la relación "del hombre con el objeto, y sobre todo recientemente con la máquina, siempre ha tenido visos religiosos".

"El origen de la religión es sobre todo el miedo y la incomprensión del hombre hacia su entorno, la naturaleza, los meteoros o los objetos que le agreden, y esa incomprensión sigue existiendo en el hombre ante su ordenador, por ejemplo. Como no lo entendemos, necesitamos pensar que hay un duende o un espíritu dentro del objeto", ha añadido el escritor.

En esta relación "con visos religiosos", la máquina "es el monstruo y el dios, y basta pensar en la computadora gigantesca de la novela '2001. Una odisea espacial' que se rebela, es la criatura del doctor Frankenstein que pensamos que hemos creado para que nos sirva y sucede que terminamos sirviendo a la máquina".

"Es uno de los riesgos que tenemos que asumir, y lo asumimos siempre con el temor de que la máquina se rebele y se convierta en dios de un mundo en el que los seres humanos ya seamos perfectamente prescindibles, como un bolígrafo que ya no tiene tinta", según Padilla.

La relación con el objeto o máquina se establece como "una lucha del hombre, que tiene siempre un elemento prometeico y luciferino, e intentará rebelarse contra un dios al que no ve o al que no entiende, pero al mismo tiempo temerá que los objetos de su creación se rebelen contra él".

Padilla (México DF, 1968) pertenece a la Generación del Crack y, entre otros, ha ganado el Premio Nacional de las Juventudes Alfonso Reyes (1989), Premio Nacional Juan Rulfo para Primera Novela (1994), Premio Nacional de Cuento Infantil Juan de la Cabada (1994), Premio Nacional de Ensayo Literario Malcolm Lowry (1994), Premio Nacional de Ensayo José Revueltas (1999) y Premio Primavera de Novela (2000).