Una exposición descubre los ritos, costumbres, creencias y la forma de entender la vida del hombre africano a través de su expresión artística, representada por cerca de 150 piezas entre maderas, bronces, marfiles y otros materiales procedentes en su mayoría de la colección de un particular.

La muestra ´África: son distintos no son distintos´, que se exhibe en la Sala Italcable de la Fundación Unicaja en Málaga, reúne uno de los más importantes conjuntos de arte africano de España fruto de la labor de Juan José Martín Andreu, que lleva más de tres décadas reuniendo piezas.

El objetivo es que el visitante conozca todo lo que rodea al hombre del continente africano a través de estas piezas que reflejan los ritos, la magia, la jerarquía y la vida cotidiana de las etnias más representativas del África Subsahariana.

La comisaria técnica de la exposición, Purificación Ruiz, explicó durante la presentación en Málaga, que hablar de arte africano "da un poco de reparo" al principio y destacó que lo interesante de esta muestra es "enfrentarse a piezas que no son desconocidas", aunque está claro que "no es un arte muy popular".

Conclusiones. La idea es que "el espectador se enfrente a las piezas sin saber lo que va a ver y luego saque sus propias conclusiones", según la comisaria.

La muestra en la Sala Unicaja Italcable está dividida en cinco secciones que van desde los orígenes de la raza hasta un apartado dedicado a la mujer y la madre.

La primera sección refleja el respeto profundo de la cultura tradicional africana a los ancestros, con quienes conviven y a los que recrean en esculturas.

En otro apartado, se exponen los relicarios, máscaras y altares de las diversas etnias africanas y que el hombre africano utiliza para resolver sus problemas cotidianos.

Además, este espacio deja claro cómo la magia, elemento clásico en la simbología de África, es la manera que tienen de enfrentarse al dolor y a la muerte en este continente.

La mujer sirve al artista africano como fuente de creación y la considera la máxima expresión de la belleza, como muestra otro de los espacios, mientras que la figura de la madre es considerada el motor de la idiosincrasia del continente.

Los tronos y los bastones de mando, en otra de la secciones, simbolizan el poder en las diferentes tribus y los instrumentos musicales, como tambores y arpas, reflejan su forma de disfrutar de los sentidos.