El presidente de EEUU, Barack Obama, visitará hoy la zona del Golfo de México afectada por el desastre del vertido de crudo, que sigue incontrolado y creciendo día a día, poniendo en peligro uno de los ecosistemas más ricos del país. La visita presidencial, anunciada ayer, se produce en un momento en que crecen las alarmas por la magnitud impredecible del desastre, que amenaza con convertirse en la mayor catástrofe ecológica de la historia de EEUU y que ha colocado ya en situación de emergencia a tres estados, Luisiana, Florida y Alabama.

Obama pretende con su visita ver de cerca el desastre y respaldar el dispositivo que se ha desplegado para tratar de contener la gigantesca balsa de crudo que se extiende frente a las costas de Luisiana. La mancha, con una superficie de casi 10.000 kilómetros cuadrados, tan grande como la isla de Puerto Rico, ya ha comenzado a manchar los humedales y a dañar a las aves que se posan allí durante su trayecto migratorio. La Casa Blanca está decidida a que la catástrofe ambiental que está sufriendo Luisiana y los estados adyacentes no se convierta en un nuevo "Katrina", que marcó uno de los momentos de más baja popularidad de George W. Bush por la tardanza de su Gobierno en reaccionar tras las inundaciones por el paso de este huracán, en agosto de 2005.

Para ello, el Gobierno se ha movilizado para visitar las zonas afectadas y conocer de cerca el desastre. El viernes se desplazaron a Luisiana la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, y el de Interior, Ken Salazar, entre otras autoridades. Además, se decidió cerrar dos plataformas petrolíferas ubicadas cerca de la zona del desastre, y evacuar una de ellas, como medida de precaución mientras prosiguen las tareas de limpieza.

British Petroleum, concesionaria de la plataforma petrolífera que explotó el pasado 20 de abril y se hundió dos días después, ha comenzado a recibir duras críticas de la administración por su incapacidad para sellar el pozo marino que, según estimaciones oficiales y de la propia empresa, vierte cada día unos 800.000 litros de petróleo al mar. El pasado viernes, un directivo de BP, Doug Suttles, reconocía en una rueda de prensa en Luisiana que los 800.000 litros diarios de petróleo es una estimación "altamente imprecisa". Algunos expertos consideran que esta estimación es extremadamente baja, y calculan que la cifra de vertido podría ser cinco veces mayor, 4 millones de litros de crudo diarios.

Varios medios, entre ellos ´The Wall Street Journal´, recogían ayer el estudio de Ian MacDonald, un profesor de oceanografía de la Universidad de Florida especializado en el seguimiento de las filtraciones de crudo en alta mar utilizando imágenes por satélite. Los resultados del estudio revelan que, con un vertido de cuatro millones de litros diarios, en estos momentos podría haber flotando en el Golfo de México unos 34 millones de litros de crudo. Esta cifra está aún por debajo de la catástrofe que protagonizó en marzo de 1989 el buque norteamericano ´Exxon Valdez´, que vertió al agua 42 millones de litros de petróleo, causando el mayor desastre ecológico en la historia de EEUU hasta el momento. El Departamento de Interior calcula que se podría tardar 90 días en sellar el pozo petrolífero, que está situado a una profundidad enorme. De cumplirse este pronóstico, quedarían flotando en el mar unos 360 millones de litros de petróleo, casi nueve veces más que el ´Exxon Valdez´.