Dice que no tiene padrinos con una voz que delata el gran entusiasmo que pone en su música y sus canciones. El cantautor Jesús Vandalia lleva muchos años paseando sus composiciones e intentando darlas a conocer más allá del limitado circuito de locales donde se programan actuaciones en directo.

Por ello prepara con gran ilusión el concierto que mañana ofrecerá en el Teatro Echegaray (21.00 horas), donde interpretará temas de su primer álbum, A ti van mis horas (2006), y ofrecerá un adelanto del que está por venir, Baños del Carmen, trabajo en el que se percibe un ligero cambio de registros, más próxima a los sonidos de Mark Knopfler y Van Morrison. «La propuesta del Echegaray va a ser muy novedosa dentro de lo que se entiende como canción de autor. Es más cercana al folk y al rock, pero siempre guardando un toque clásico en los arreglos», destaca este cacereño que lleva afincado en Málaga más de treinta años. «Buscamos el matrimonio entre la letra y la música», añade.

Vandalia, que estará acompañado en el escenario por nutrido grupo de músicos, agradece muchísimo que el ciclo On Echegaray abra las puertas del antiguo cine para que los ciudadanos puedan mostrar sus iniciativas musicales: «Hay gente muy válida en Málaga que no encuentra el apoyo de ninguna institución, por eso creo que esta apuesta es fantástica».

La elaboración en las letras es una de las señas de identidad de este artista, que no reniega de la profundidad al tratar los temas que nutren sus composiciones. «La idea principal es emocionar. Elaboro bastante las letras para que sean comprensibles, pero con profundidad. Casi todas las canciones coinciden en temas universales como el paso del tiempo, el desamor y la esperanza», afirma.

El de cantautor no es un género muy cultivado en Málaga, algo que Vandalia excusa por la propia idiosincrasia de la sociedad malagueña: «Sacar adelante un proyecto de canción de autor en Málaga es complicado. Es una ciudad de inmediatez, de luz, de primera impresión. Y por eso quizá hay tantos pintores o poetas, artes más externas y cercanas al paisaje. Cuando hay que ahondar, Málaga prefiere interpretar la vida de forma más alegre», destaca.